Carla Suárez solventó sin temblar su debut en Roland Garros, con una victoria ante la rumana Monica Niculescu por 6-2, 6-2 en 1 hora y 21 minutos.

La número 8 del mundo, que el año pasado alcanzó los cuartos de final en París, tiene puestas muy altas expectativas en el Grand Slam de tierra batida, superficie en la que ha disputado siete de las nueve finales que ha jugado.

Frente a Niculescu, 67 del mundo, contra quien no conoce la derrota en cuatro duelos, se mostró muy sólida desde el fondo de la pista y ahí cimentó un triunfo que demuestra el buen momento de la canaria.

A París llegó tras haber disputado la final del Masters 1.000 de Roma, en el que llegó a adelantarse un set contra la rusa Maria Sharapova, que finalmente reaccionó y se alzó con el trofeo.

Este año también ha disputado las finales de Amberes y Miami y ha ganado 31 partidos, lo que le sitúa como la cuarta mejor de un año en el que ha ganado nueve veces a tenistas del "top 10". Suárez afirmó que siente que este año llega a París con más expectativas, pero eso no le hace tener una mayor presión. "No tengo la necesidad de hacer un buen resultado. Vengo de haber perdido en la primera ronda de un Grand Slam y eso te hace estar más alerta, aprender ciertas cosas", analizó. "Pero cuando llego a un torneo importante prefiero estar en un buen momento que no en uno malo", indicó la reciente finalista de Roma.

Menos suerte corrió Torro Flor, que en su debut se topó contra la bielorrusa Victoria Azarenka, favorita 27, que la dominó por 6-2 y 6-1.