El español Rafael Nadal logró hoy el pase a segunda ronda de Roland Garros, torneo que ha ganado en nueve ocasiones y del que es defensor del título, tras derrotar al joven francés Quentin Halys, que disputaba su segundo partido profesional, por 6-3, 6-3, 6-4 en 1 hora y 49 minutos.

La poca identidad del rival, invitado por los organizadores, no permite sacar grandes conclusiones del triunfo del mallorquín, que afronta el asalto a su décima Copa de Mosqueteros con más incertidumbres que en el pasado, tras no haber cosechado ningún título en la gira europea sobre arcilla.

El balear se estrenó en unos de sus escenarios favoritos sin mostrar demasiadas dudas, con un tenis que fue de menos a más, para firmar un debut sin sustos y positivo para su confianza de cara a llegar lo más lejos posible en una cita que ha dominado con mano de hierro, salvo su desliz en 2009.

El joven Halys, de 18 años y con buenos números en categoría junior, no pudo hacer más que intentar alargar lo máximo el partido, pero nunca fue una amenaza real, yendo siempre a remolque del exnúmero uno del mundo, pese al apoyo de la Philippe Chartrier y su duro 'drive', con el que quiso ser excesivamente agresivo.

Al final, antes de las dos horas, el jugador manacorí finiquitaba el primer partido en la capital francesa y espera ya un rival de más nivel para el segundo, que saldrá del ganador del Nicolás Almagro-Alexandr Dolgopolov.

Nadal estuvo sólido en la Central y sólo ofreció irregularidad en la primera manga, donde cometió más errores no forzados de los habituales, ocho, pero a partir de ahí, se asentó y ya no dio concesiones a su voluntarioso rival.

Pese a todo, el nueve veces ganador del torneo francés encarriló pronto el primer parcial. Dos roturas le dieron una ventaja de 4-1, antes de ceder su servicio por única vez en todo el encuentro, una emoción que no duró demasiado porque el español no ofreció más resquicios.

Halys también se quitó algo de los nervios por el escenario y el rival, y buscó ser más agresivo, una táctica que le llevó a cometer muchos errores no forzados, cerca de 50, demasiados para plantar cara realmente a un rival al alza que afianzó su servicio y su 'drive'.

Con todo, el francés estuvo cerca de lograr el primer 'break' del segundo parcial y aguantó hasta el sexto juego, momento en el que Nadal sí aprovechó su oportunidad para arrebatarle el saque y lograr una ventaja que ya no soltó.

El esfuerzo en su agresividad pasó entonces factura a Halys, que ya no conectó tantos buenos golpes y quedó más a merced del balear, que volvió a sacar partido de un 'break' en el quinto juego para cerrar sin contemplaciones el partido.