David Ferrer derrotó con facilidad al estadounidense John Isner en cuartos de final del Masters 1.000 de París, 6-3, 6-7(6), 6-2, y se medirá por un puesto en la final contra el británico Andy Murray.

Ferrer, que bajo el techo del torneo parisiense sumó en 2012 el único Masters 1.000 que brilla en su palmarés, tuvo que emplearse a fondo durante dos horas y 26 minutos para derrotar al estadounidense, verdugo en octavos del suizo Roger Federer, número tres del mundo.

Con cinco títulos en sus vitrinas, la segunda temporada más prolífica de su carrera, el tenista levantino se medirá contra un rival que tuvo que emplearse a fondo para alcanzar por primera vez en su carrera las semifinales de París, las únicas de un Masters 1.000 que todavía no había disputado.

Lo hizo al término de un duro encuentro contra el francés Richard Gasquet, que acabó ganando el escocés 7-6(7), 3-6, 6-3 en más de dos horas y media.

Ambos tenistas se han medido en 16 ocasiones, con 10 triunfos para el británico, que solo ha perdido dos veces sobre pista dura. El único duelo de esta temporada fueron los cuartos de final de Roland Garros, que acabaron con victoria de Murray, al igual que los dos partidos en pista cubierta que jugaron el año pasado, las semifinales de Valencia y la final de Viena.

Ferrer controló bien la primera manga, en la que el servicio de Isner no fue tan eficaz como la víspera ante Federer. Y buena parte de la segunda, cuando el levantino llegó a disponer de dos bolas de partido 5-3 a su favor y saque. Pero no lo cerró y permitió al estadounidense forzar un juego de desempate en el que su servicio dictó la ley.

En la tercera, Ferrer comenzó desestabilizado por la decisión de un árbitro de línea que cantó mala una bola de Isner cuando el español tenía el punto dominado. "¿Por qué pitas?", le recriminó Ferrer, lo que le valió una advertencia del juez de silla. El punto hubiera permitido a Ferrer comenzar la manga rompiendo el servicio de su rival. Pero el contratiempo duró poco y Ferrer volvió a engancharse al encuentro a medida que las fuerzas de Isner iban mermando. El estadounidense pidió, por vez segunda, la asistencia médica, con problemas en el costado derecho. Ferrer se adjudicó cinco juegos consecutivos, dos de ellos con el servicio de su rival, para finalmente cerrar el encuentro.