El tenista escocés Andy Murray se ha proclamado este domingo campeón por segunda ocasión en su carrera del torneo de Wimbledon, tercer 'Grand Slam' de la temporada, tras batir en la final al canadiense Milos Raonic en tres sets por 6-4, 7-6(3) y 7-6(2) en dos horas y 47 minutos.

El de Dunblane, ganador ya en el All England Tennis Club en 2013, apenas ha dado opciones a su rival, frente al que no ha cedido ningún servicio, firmando un partido muy sólido que le ha permitido sumar su tercer 'grande'.

El número dos del mundo culminó dos semanas de perfección con un sólido triunfo en la Central de la hierba londinense. Raonic, que se deshizo del suizo Roger Federer en semifinales para alcanzar su primera final de un 'grande', no encontró resquicio en un Murray decidido a aprovechar su undécima final de una 'grande'.

El escocés comenzó ya a un alto nivel, sin dejarse intimidar por el cañonero canadiense. Un primer set en el que sin ceder ninguna bola de 'break', el héroe local rompió a su rival en el séptimo juego. Suficiente para comenzar la final por delante.

Raonic mejoró enteros en el segundo parcial, pero Murray siguió impasible sin dar opción con su saque. De esta forma, el set llegó a una muerte súbita en la que el escocés comenzó mandando. Una pequeña ventaja a la que se aferró para someter al americano.

Pese a verse contra las cuerdas, el pupilo de Carlos Moyà y John McEnroe demostró su fortaleza mental para mantenerse en el partido en el tercer parcial. Murray salvó el intento de 'break' de Raonic en el séptimo juego, momento que pudo ser clave pero que el número dos se encargó de solventar con autoridad.

Con un pobre registro al resto insuficiente para plantar cara a Murray, Raonic se mantuvo sin embargo con un buen saque hasta un nuevo 'tie-break' en el que comenzó de nuevo perdiendo su servicio. Un parcial de 5-0 dejó sin capacidad de reacción al canadiense, que firmó su rendición ante el ídolo local.

El escocés firmó la cuarta victoria este año sobre Raonic. Un Murray que en 2013 se convirtió en el primer británico ganador en Wimbledon desde 1936 y que tres años después vuelve a saborear la gloria del 'Grand Slam', después de ceder este año en las finales de Australia y París ante Novak Djokovic.