Garbiñe Muguruza, cuarta raqueta del mundo, asciende al segundo puesto del ránking este lunes, y se convierte en la segunda española en vencer en la tierra batida parisiense, 18 años después del último de los tres triunfos de Arantxa Sánchez Vicario.

Williams tiene ahora 8.330 puntos, 700 menos que en la anterior clasificación, y Muguruza suma 6.766 tras ganar 1.570. Las perjudicadas por el ascenso de la española son la polaca Agnieszka Radwanska, que baja de la segunda a la tercera plaza, y la alemana Angelique Kleber, antes tercera y ahora cuarta.

La rumana Simona Halep y la bielorrusa Victoria Aznarenka, quinta y sexta, intercambian posiciones respecto a la anterior clasificación, mientras que Venus Williams regresa al grupo de las diez mejores, en la novena plaza.

La australiana Samantha Stosur y la holandesa Kiki Bertens,semifinalistas en Roland Garros, suben a los puestos 14 y 27 desde las posiciones 24 y 58, respectivamente.

Muguruza ha hecho historia

Garbiñe Muguruza escruta los nombres grabados en la Copa Suzanne Lenglen, los de las ganadoras del torneo desde sus orígenes, una lista en la que desde este sábado aparece el suyo, "un sueño cumplido" que, sin embargo, no colma la ambición de la hispano-venezolana.

"Cuando me he dado cuenta de que he ganado ha sido una combinación de ilusión y de un sueño cumplido, de un torneo que desde pequeñita he querido ganar. Es algo que ya he tachado de la lista", aseguró la jugadora de 22 años.

Pero enseguida reconoce que esa lista no se acaba ahí, que tiene muchos otros objetivos que ir cumpliendo y el más próximo es Wimbledon, el Grand Slam donde el año pasado tropezó en la final, "un espina clavada" que se quedó "grabada en su memoria", una revancha que se quiere tomar consigo misma.

"No me conformo con esto. Hoy es un día para celebrar, para no pensar. Pero me gustaría seguir ganando torneos como este, dominar en la pista, sentir que el partido depende de mi", confesó el sábado.

Porque a Muguruza le gusta pensar en grande y no lo oculta: "Me considero una persona ambiciosa, que tiene carácter, que le gustan las situaciones de competitividad, que esté llena la grada, jugar con una rival como la de hoy, que te obligue a competir. Por eso estoy feliz de haber jugado bien y haberle ganado a una de las mejores jugadoras".

En su memoria aparece en un momento así todo su equipo, pero en especial su familia, que le ha acompañado en la quincena parisiense pero a la que el tenis le ha privado muchos días de su hija.

"Se han sacrificado mucho para que sus hijos jueguen al tenis, sobre todo yo. Nunca he estado con ellos y haberlos tenido aquí estos días ha valido la pena", dijo.

Muguruza estaba orgullosa de haber podido tutear a toda una Serena Williams, de haber mantenido el pulso a una de las mejores tenistas de todos los tiempos, que buscaba su Grand Slam número 22, el histórico récord que ostenta la alemana Steffi Graf.

"Contra ella nunca tienes la sensación de tener el control, le pega muy fuerte, es poderosa. Cuando he ganado el primer set me ha dado calma, pero siempre es complicado. Creo que puedo plantar cara a Serena y hoy lo he demostrado", aseguró.

Muguruza se ha convertido en la tercera tenista consecutiva que vence a Williams en un Grand Slam, un signo del relevo que está habiendo en el tenis femenino.

"Durante mucho tiempo Serena ha dominado mucho los Grand Slam. Creo que hay que renovar ese proceso de que alguien gane tanto, que esté más repartido, que todo el mundo sienta que pueda ganar. Es bueno para el tenis femenino, que haya más novedad", comentó.