La tenista española Garbiñe Muguruza se ha despedido del Masters 1000 de Miami tras abandonar por enfermedad el partido de octavos de final que disputaba contra la danesa Caroline Wozniacki.

Muguruza necesitó asistencia medica al finalizar el primer set, que se llevó su rival, por problemas estomacales y mareos.

A la hispano-venezolana, número seis del mundo, le costó entrar en el duelo ante Wozniacki, número 14 del ranking WTA. Aún así, consiguió romper el servicio de su rival en el juego inicial, y sufrió un 'contrabreak' a continuación. Una nueva rotura de la danesa situó pronto a la española 1-4 abajo.

Sin embargo, Muguruza no arrojó la toalla y con otros dos 'breaks' logró ponerse una vez más por delante (5-4). Wozniacki, poco después y en su sexta bola de rotura del duelo, consiguió empatar, y el primer set tuvo que decidirse en el 'tie-break'.

La danesa se adelantó 4-0 en la muerte súbita, y, aunque Muguruza reaccionó con un 'mini-break', no pudo hacer nada ante su contrincante, que cerró el parcial en una hora y 12 minutos. Nada más iniciarse la segunda manga, la española pidió asistencia médica y anunció que no podía continuar.

Muguruza explicó este lunes que el médico que la atendió en la pista antes de retirarse del Abierto de Miami le indicó que los síntomas que presentaba, con malestar general y mareo, eran propios de un "golpe de calor".

De esta forma, Muguruza fue la primera víctima de este tipo de indisposición en un torneo donde no es extraño que se repitan estas molestias en cada edición, pues se vive una jornada de intenso calor en Miami, con un poderoso sol, 27 grados centígrados y una humedad del 52 por ciento.

Explicó que antes del partido se sentía bien y descartó que se tratase de una intoxicación alimentaria pues cuida mucho lo que come.

El médico le indicó que no tenía fiebre, aunque ella sí sentía que estaba muy caliente, especialmente la cabeza.

La tenista española explicó en rueda de prensa que empezó a sentirse mal al inicio del set, con dolor de cabeza y estómago, y que con el paso de los minutos se fue sintiendo peor y llegó a marearse.

Sin embargo, dijo no haber temido el haberse desmayado sobre la pista, pues ya vivió situaciones similares en el US Open del año pasado y también en el Abierto de Australia.

Ante esta repetición, dijo que deberán averiguar sobre esta posible relación en partidos en los que se combina calor y tensión emocional.

Con un hilo de voz y afectada emocionalmente, explicó que siente "mucha rabia" porque estaba jugando bien y era un partido importante ante una rival de peso.