El valenciano Juan Carlos Ferrero, exnúmero del ránking mundial, se divirtió con su compatriota Pablo Carreño en su regreso al circuito profesional, pero cedió en la ronda del cuadro de dobles, en el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó.

Ferrero regresaba a las pistas del RCT Barcelona-1899, donde ganó en individuales en 2001, cinco años después de su retirada en el Valencia Open 500, para enfrentarse, junto con Carreño, al polaco Marcin Matkowski y el canadiense Daniel Nestor, que finalmente se llevaron el partido por 6-2, 5-7 y 10-7.

La pareja española fue de menos a más en un duelo en el que llevaron a Martkowski y Nestor, dos especialistas que han sido campeones del Godó en dobles, al súper desempate del tercer set.

"Jugar con Juan Carlos me hacía muchísima ilusión y quizá he empezado un poquito más nervioso de lo normal", ha reconocido Carreño, tras el partido.

Ferrero también ha admitido que no entró bien en la pista. "Hacía tiempo que no competía con gente de este nivel y en el doble pasa todo mucho más rápido", ha señalado.

Sin embargo, la pareja fue soltándose a medida que iba avanzando el partido y veía como el público de la pista 1 empezaba a empujar para que se llevaran el segundo set. Del 6-2 fugaz de la primera manca se pasó a un segundo set muy intenso que se llevaron por 7-5.

"Ha habido un momento que parecía que nos estaban pasando por encima, que no estábamos disfrutando lo que teníamos que disfrutar y hemos cambiado el 'chip'. Hemos empezado a jugar más relajados, celebrando un poco más los puntos y jugando un poco más con el público", ha explicado Carreño.

El asturiano era el más joven de los cuatro que estuvieron en pista, pues tiene 25 años, por los 36 de un Matkowski pasado de kilos, los 37 de un Ferrero ya retirado y los 44 de Nestor.

En cualquier caso, la experiencia ha sido fantástica para los dos. Carreño la ha definido como "un regalo" y Ferrero ha vuelto a revivir las sensaciones de su etapa en lo más alto. "Estoy muy contento. He vuelto a sentir, otra vez, cómo la gente empujaba y esa adrenalina del final del partido. Ha sido una experiencia muy guapa", ha concluido el exnúmero uno del ránking mundial.