Rafa Nadal cumplió con la tradición y se dio un chapuzón en la piscina del Real Club de Tenis de Barcelona-1899. Tras vencer en la final a Dominic Thiem y alzar por décima vez el título del Conde de Godó, el balear no se saltó el 'protocolo' y se lanzó al agua tras atravesar un pasillo que le realizaron los voluntarios del torneo, quienes le siguieron y acabaron también remojados.