David Ferrer recuperó sensaciones en el Open de Caen, donde preparó junto a Roberto Bautista Agut la próxima temporada. Un torneo de exhibición en el que tras superar a los anfitriones Paire y Moutet respectivamente, se cruzaron ayer en la final, en la que el de Xàbia se impuso al de Benlloch con relativa comodidad, por 6-3 y 6-2 en 66 minutos de juego.

Ferrer, de 35 años y número 37 del mundo, con 27 títulos, uno de ellos en 2017 (Bastad), un año de numerosos altibajos, logra con esta victoria una importante inyección de confianza, y es que no vencía al castellonense desde 2013. Aunque no se han visto mucho las caras a lo largo de su carrera en el Circuito ATP, siempre lo han hecho en torneos de Grand Slam. Bautista, de 29 años y número 20 del mundo, con seis títulos en su carrera, dos en 2017 (Winston Salem y Chennai), superó al alicantino en el Abierto de Australia de este mismo año.

No habían coincidido desde 2013, entonces con el ránking a la inversa, en uno de los mejores años de Ferrer. quien resolvió a su favor tanto en Wimbledon como en el Abierto de EEUU. Aunque sin carácter oficial, ahora Ferrer suma un nuevo título con el que equilibra la balanza del año.