Dos títulos del circuito mundial júnior ITF en Benicarló y Villena junto a la llamada del capitán Sergi Bruguera para hacer de 'sparring' del equipo español de Copa Davis en casa, en València, le han cambiado la vida a Carlos López Montagud, joven de Algemesí, que el próximo 6 de julio cumplirá 18 años.

«Estoy bastante ilusionado, como en una nube», afirmaba a SUPER tras su primer entrenamiento en la plaza de toros con Roberto Bautista y Pablo Carreño y pasar sus primeras 24 horas concentrado con la Armada en el mismo hotel, donde comparten comidas, cenas y charlas, y donde duerme en una habitación individual. Sus dos victorias le catapultan al top-15 mundial de su categoría y le abren las puertas de los torneos júnior de los Grand Slam como Roland Garros, Wimbledon y US Open, y de algún Future «en los que ir asomando la cabeza», apunta.

Pero antes está la Davis, donde desde el lunes hace lo que le pidan, mientras aprende todo lo que pueda. «Estoy bastante ilusionado con la Davis, lo considero un premio, porque he hecho dos grandes semanas. Han coincidido tres ITF valencianos, Vinarós, Benicarló y Villena, importantes a nivel mundial. El primero no lo pude hacer porque estaba tocado, pero justo gané los dos siguientes». Entrenado por Salva Ramón desde que tenía 4 años en el CT Algemesí que preside su padre, pero con licencia del CT Valencia, ha sido campeón de España junior. El ITF G1 Juan Carlos Ferrero que conquistó el pasado domingo es su actual techo y se añade a los Budapest y Benicarló, G2.

«Vengo de ganar dos títulos en dos semanas y encima me meto en el equipo de la Davis, estoy como en una nube», asegura tras quince días en los que ha sabido templar los nervios. «No me han afectado. Mi entrenador me decía en broma que es como si me hubiera dado alas. Pero es que si estás nervioso no disfrutas de nada. Y yo aquí vengo a disfrutar y a aprender de los mejores». «Cuando me dieron la noticia en casa sí que me emocioné, y ya al saber que venía Nadal pues mucho más», confiesa López Montagud, que solo conocía en persona a David Ferrer y Roberto Bautista, los valencianos del equipo.

Al margen de ellos, todo es nuevo, pero no es de los de pedir consejos. «Sí que intento aprovechar el ritmo, el ambiente, lo profesionales que son, cómo hablan, se comportan, es algo que iré viendo a medida que se acerque la competición. Son un ejemplo para mí».

Cree que «Nadal acabará jugando algún partido». «Es decisión del capitán y del propio Nadal, de sus sensaciones y cómo se encuentre, pero no quiero meterme ahí», añade, pues admite que es un mandado. «Yo estoy para lo que me digan, soy un mandado. Estoy para ayudar a los jugadores y dar el máximo. El lunes ya me tocó entrenar con Bautista y Carreño, pero el plan me lo dicen en la cena. Durante la eliminatoria estaré en el banquilo apoyándolos junto a todos, excepto cuando alguien tenga que calentar y me llamen».

El joven está convencido de que España sacará adelante la eliminatoria: «Es cierto que por ránking somos mejores, pero al final cada partido, cada eliminatoria, el ambiente, es diferente. Ya se verá, pero creo que podemos sacarla». Eso sí, lo que más le ha impresionado es la pista. «He jugado en un par de centrales con gradas, pero en una plaza de toros nunca, y la verdad es que la pista que han montado es espectacular, la arena fina, muy buena, la pelota bota muy regular. Es un escenario excelente para una Copa Davis y creo que habrá un gran ambiente y tanto jugadores como aficionados disfrutaremos mucho. Los jugadores comentan que la pista está magnífica de momento, pero aún quedan días y cada vez va a estar más dura y consolidada».