El escolta de Santpedor es uno de los pesos pesados de la plantilla ‘taronja’. Su lealtad y compromiso con el club están fuera de toda duda, motivo por el que también sus palabras cobran especial relevancia en momentos como este. No obstante, y pese a reconocer muchos de los errores cometidos, tras la llegada de Perasovic se muestra muy optimista.

Otra vez las cosas han vuelto a cambiar mucho respecto al inicio de la temporada...

—La situación ha cambiado, al igual que ha sucedido en otras ocasiones desde que estoy aquí. Es el segundo entrenador que tengo esta temporada y esperamos que todo vaya mejor. Después de dos años buenos ahora es un momento difícil, hemos dado un paso atrás y hay que salir de esta situación cumpliendo los objetivos ya que con el primero no lo hemos hecho.

—Esta es su cuarta temporada en el club. ¿Uno se acostumbra a estos toboganes?

—No creo que sea así. Los dos últimos años han sido buenos, salvo por el final decepcionante de la temporada pasada. Habíamos logrado devolver la ilusión a los aficionados, con varios llenos en La Fonteta, pero es verdad que ahora ha vuelto a haber movimiento. Esta posición y esta racha negativa es más difícil de digerir por todo esto.

—¿Cómo valora usted todo lo que ha sucedido en estos meses?

—Las pretemporadas, por el problema de los torneos de selecciones, son malas porque hay pocos jugadores. La mayoría llegan la última semana y es difícil empezar bien, con un ritmo bueno. Tras el partido de Alicante nos dimos cuenta de que no era el camino a seguir y luego jugamos varios partidos buenos, con buena dinámica, pero a partir de ahí llegaron las lesiones. Eso nos hizo bastante daño. No pudimos casi entrenar y perdimos el ritmo de juego que teníamos.

—Eso podría sonar a excusa, pero viniendo de usted...

—No, no, para nada. Los resultados no han sido los previstos y el equipo tampoco ha dado la talla, sobre todo en casa. Pero en estas situaciones el primero que cae es el entrenador ya que el club no se va a cargar a diez jugadores. Tras la llegada de Perasovic hemos recuperado gente, el equipo tiene ganas después del palo de no estar en la Copa del Rey. Queremos tirar para arriba y ser un equipo competitivo, que es lo que nos hace falta.

—Y le pregunto, ¿fue Paco Olmos el único culpable?

—No, todos tenemos parte de culpa . Lo que pasa es que en deportes así el primero que salta es el entrenador. Todos tenemos culpa en no haber cumplido el primer objetivo de la temporada.

—¿Hubo autocrítica en el vestuario tras su destitución?

—Cuando uno no cumple los objetivos siempre se preocupa, pero la verdad es que esto no viene de tres semanas malas. Llevamos bastante tiempo siendo irregulares y no jugando bien. Luego han estado las lesiones y no es una excusa, es una realidad. Ha sido algo increíble, no recuerdo en ningún equipo ningún año que tuviéramos tantas lesiones y tan duraderas. Ha sido un inconveniente muy grande, pero es verdad que no hemos jugado bien.

—¿Pero lesiones también hubo el año pasado y no pasó esto?

—Es verdad, y el equipo reaccionó y estuvo arriba. Este año, sin embargo, no se veía esa actitud defensiva y todo el mundo quería resolver por su cuenta. Nos hemos equivocado muchísimo y hemos jugado sin criterio. Ahora hay que reaccionar, cada uno debe mirarse al espejo y ver que es lo que ha hecho mal para ahora intentar ayudar al equipo y dar un paso adelante.

—¿Se está notando la mano de Velimir Perasovic?

—Ya hemos tenido entrenadores similares a Perasovic en cuanto a la forma de trabajar. Creo que nos irá bien, el equipo ahora que está todo junto necesita mejorar atrás y estar físicamente más fuerte. Pienso que nos irá bien, que daremos un paso adelante y nos irá mejor. Le deseo toda la suerte del mundo porque aquí todos tenemos ganas de hacerlo lo mejor posible.

—Me habla de que ya han tenido entrenadores similares. ¿A quién se parece Perasovic?

—Se parece a Neven Spahija o Svetislav Pesic. Pero no habló tácticamente sino más bien en el día a día, en su forma de trabajar. Es de la escuela balcánica, está acostumbrado a este tipo de trabajo y a mi me gusta. Son entrenadores duros pero que suelen obtener buenos resultados.

—Hablemos un poco del vestuario, aunque sin entrar en los errores cometidos. ¿Hay suficiente unión en el grupo para sacar esto adelante?

—Este es un vestuario joven, unido, con buena gente, jugadores trabajadores y con ganas de hacer las cosas bien. La diferencia con otros años es que no hemos tenido una racha positiva de resultados que haya permitido que la gente se una más. En este momento en el vestuario falta la unión de otros años, pero espero que con el nuevo entrenador y con la mejora del juego la gente termine de unirse un poquito más. Con esas sensaciones positivas creo que el equipo dará un paso adelante y será más equipo que hasta ahora.

—Y hasta ahora, ¿en que se han equivocado como grupo?

—Nos hemos equivocado todos un poco en hacer la guerra por nuestra cuenta. No teníamos criterio ofensivo suficiente y eso te lleva a no tener la paciencia necesaria para elegir la mejor opción. Íbamos siempre a remolque y queríamos remontar a los dos minutos del tercer cuarto. Reconozco que no hemos tenido paciencia. Luego, además, dejábamos de defender. Un equipo como el nuestro, si no defiende, cualquiera le puede ganar. El partido del Fuenlabrada en casa es el mejor ejemplo, y nuestra filosofía de los dos últimos años no ha sido esa.

—Por cierto, ¿cómo está de sus problemas en las rodillas?

—Ahora estoy algo más animado. Me infiltraron y a partir de ahí he notado cierta mejoría. Físicamente tampoco me encontraba en el mejor momento porque la rodilla no me ha dejado trabajar como yo quiero y ahora, poco a poco, me siento cada día mejor y eso para mí es fundamental.

—¿Esa ha sido la única causa de que sus números no sean los de otras temporadas?

—Empecé bien, con muchas ganas, pero las circunstancias a veces provocan que te desanimes un poco. Me comí mucho la cabeza con lo de la rodilla porque nunca había sufrido tanto dolor como en esta ocasión y eso no me dejaba trabajar cada día al cien por cien. Ahora me siento mejor, sé que puedo dar muchísimo más aunque firmar los porcentajes de los dos últimos años es muy difícil. Entonces tenía muchísima confianza, espero recuperarla y estar de nuevo a ese nivel.

—¿Pero es evidente, por otra parte, que sus opciones de sumar en ataque estaban siendo menores?

—Los dos últimos años han sido buenos y yo tenía un rol muy importante. No es que ahora no lo tenga porque creo que soy un jugador importante, pero esa falta de criterio ofensivo también me ha pasado factura. Por eso yo también tenía esa ansiedad. Ahora estoy más tranquilo, sé que con Perasovic me van a llegar balones y sé que voy volver a jugar al nivel que se espera de mí.