Pablo Aguilar puede convertirse en el primer fichaje del Valencia Basket para la próxima temporada. Pese a que el jugador todavía está inmerso en la competición con su actual club, el CAI Zaragoza, lo cierto es que las negociaciones para hacerse con sus servicios están muy avanzadas. Tanto es así que equipos como el Unicaja, que también andan muy interesados en el ala-pívot granadino, pueden haber llegado tarde a la hora de intentar hacerse con sus servicios.

Por el momento todas las partes guardan silencio, algo lógico si tenemos en cuenta que los maños, después de eliminar al Valencia Basket en cuartos de final, están ahora disputando las semifinales de la Liga Endesa contra el Real Madrid. Y decimos todas las partes porque no es sólo una negociación a dos bandas entre la entidad valenciana y el jugador, pues a Aguilar todavía le resta una temporada más de contrato con el CAI, motivo por el cual el cuadro aragonés tiene mucho que decir en este asunto. Por el momento todo está bien encaminado y no parece que vaya a haber problemas aunque, como en cualquier operación, hay que ser prudentes y esperar a que todo este bien atado. Un punto para el que, según ha podido confirmar SUPER, no falta demasiado.

De confirmarse el fichaje de Aguilar, de 2,02 metros y 24 años, el equipo taronja reforzaría una de las posiciones con las que tiene una asignatura pendiente, la de ala-pívot. Un puesto al que Bojan Dubljevic no ha terminado de adaptarse pese a brillar en el ´5´ y en el que sólo Justin Doellman ha ofrecido garantías. No obstante, salvo que alguno de los dos abandonara La Fonteta este verano „cosa que no es probable debido a sus elevadas cláusulas de salida„, el jugador andaluz llegaría para cubrir el puesto en la plantilla que dejaría libre Florent Pietrus.

El pasado jueves el club ya le comunicó al francés que por el momento no iba a ejecutar la opción para renovar su contrato por un año más y que debería esperar unos días hasta ver que dirección tomaba el futuro proyecto. Algo que también hizo con el resto de jugadores sobre los que debía decidir su continuidad a excepción de Doellman. Toda una declaración de intenciones a la espera de ver si fructifican esta y otras operaciones que el club tiene en marcha desde hace semanas. La idea es mejorar el equipo y hacerlo más competitivo, por lo que la mayoría de estos jugadores está claro que no seguirán.