El Valencia Basket, con mucho más sufrimiento del esperado e incluso de lo necesario, logró una valiosísima victoria a domicilio ante el Tuenti Móvil Estudiantes en la que la labor de un estelar Justin Doellman resultó determinante. Y no sólo para despegarse en la primera parte, sino sobre todo en una segunda en la que los locales a punto estuvieron de dar la vuelta a un partido que los taronja tuvieron controlado hasta el ecuador del tercer acto.

Ambiente gélido el que recibió al Valencia Basket en el Palacio de los Deportes, que tuvo que sobreponerse a un escenario poco habitual para la Liga Endesa y menos aún para la pista del Tuenti Móvil Estudiantes. No fue fácil para el conjunto dirigido por Velimir Perasovic cogerle el pulso al encuentro, sobre todo en defensa, donde la falta de intensidad permitió a Slokar hacer mucho daño en los primeros minutos (9-6; min. 4).

Fue el momento en el que a Sam Van Rossom, bien secundado por Justin Doellman, se echó el equipo a la espalda para ejercer de 'despertador' del Valencia Basket. Cinco puntos consecutivos del base belga, unidos a un robo y una asistencia, precisamente al de Cincinnati, sellaron un parcial de 0-7 que comenzó encauzar el encuentro para los taronja (9-13; min. 5).

A partir de ese momento todo pareció que iba a ser más sencillo, al menos en el primer tiempo. Incluso Perasovic se puso manos a la obra, dispuesto a no cargar demasiado de minutos a sus hombres más importantes. El equipo, pese a algún despiste puntual (20-23; min. 9) saldado con tiempo muerto y bronca del técnico croata, respondió en la pista maximizando al máximo sus recursos.

Los siete puntos de renta (21-28; min. 10) al final del primer cuarto hacían presagiar un camino plácido hacia la victoria de los de La Fonteta. Idea muy equivocada pese a la exhibición de Justin Doellman antes del descanso. El ala-pívot norteamericano se retiró a los vestuarios con 17 puntos y 20 de valoración, números que ayudaron en gran medida al despegue del Valencia Basket en el electrónico (28-43; min. 17).

Lejos de rendirse, el Estudiantes tiró de orgullo para frenar la productividad taronja y al propio Doellman, que delegó funciones en Bojan Dubljevic para cerrar la primera parte 13 puntos arriba (35-48; min. 20) tras un triple espectacular de Van Lacke sobre la bocina. Una acción precedida de una falta no pitada sobre Lavrinovic y que sirvió de acicate para que los valencianos, liderados por Romain Sato, regresaran de los vestuarios dispuestos a cerrar el partido por la vía rápida (38-55; min. 23).

El partido, sin embargo, no estaba ni mucho menos finiquitado. Con Doellman completamente anulado, y Ribas y Rafa Martínez menos acertados que de costumbre, los colegiales fueron poco a poco estrechando distancias hasta bajar de los diez puntos (52-60; min. 29). Slokar, revitalizado en este tercer cuarto, fue determinante desde la pintura para devolver al Estudiantes y su afición la fe en la remontada. El Valencia Basket, casi sin darse cuenta, se había complicado la existencia y ahora tocaba comenzar a apagar el fuego. De ello se encargaron en primera instancia Lafayette y Lucic, que a duras penas lograron mantener a raya a los del Ramiro (63-67; min. 33).

De la mano de Colom en la dirección y Guille Rubio dentro de la zona el equipo de Txus Vidorreta ponía el miedo en el cuerpo a los taronja, atascados en prácticamente todas las facetas del juego. La presión para entonces era ya máxima y a Justin Doellman no le quedó otra que acudir al rescate de su equipo. Ante la ausencia de juego colectivo en ataque el norteamericano tiró de galones y calidad individual para mantener al Valencia Basket por delante. Su empuje, determinación, y ante todo acierto, fue determinante para que los valencianos recobraran la sensatez y volvieran a hacer aquello necesario en la pista para ganar. Al final, y pese al sufrimiento, el equipo taronja selló un triunfo que prácticamente garantiza la segunda plaza de la clasificación en esta fase regular de la Liga Endesa.