La decisión está tomada. El Valencia Basket cuenta con Serhiy Lishchuk para la próxima temporada y tiene pensado realizarle una oferta de renovación en los próximos días. Para llegar hasta aquí ha sido determinante el hecho de haber fichado a Guillem Vives, y el que desde el Consejo Superior de Deportes se haya confirmado -aunque todavía no por escrito- que los clubes solo necesitarán cuatro cupos de formación para una plantilla de doce jugadores. Con la llegada del base catalán la entidad valenciana ya cumple con este requisito - se une a Rafa Martínez, Pau Ribas y Pablo Aguilar-, con lo que se ha decidido descartar finalmente a Juanjo Triguero y optar por el pívot ucraniano.

Tampoco es que el mercado, teniendo en cuenta el presupuesto de los taronja y la idea de fichar un exterior de garantías que requerirá una importante inversión, ofrezca mejores opciones que Lishchuk, al que al igual que en el caso de Rafa Martínez se le ofrecerá un contrato a la baja. Será esta misma semana, una vez el jugador regrese a Valencia tras haber pasado unos días en Ucrania. Ese es el momento escogido por ambas partes, incluido el agente del jugador, Misko Raznatovic, para sentarse a hablar del futuro de Lishchuk. Un jugador que nunca ha ocultado que su intención y máxima prioridad era continuar ligado al club taronja.

En este sentido, la lógica indica que no debería haber demasiados problemas para cerrar la continuidad del pívot, y más conociendo la devoción de Lishchuk por Valencia. Algo que incluso el propio Raznatovic reconoció a SUPER hace unos meses."Aún no hemos hablado de su renovación, pero se siente un valenciano más y si el club le hace una oferta es muy probable que la acepte en un 99,9 por ciento porque está encantado en el club y la ciudad. Sería muy fácil", aseguró entonces el serbio.

Pues bien, esa oferta llegará en breve y veremos hasta que punto resulta sencillo el acuerdo, y más teniendo en cuenta las complicaciones surgidas anteriormente en las renovaciones de Rafa Martínez y, sobre todo, de Romain Sato. En este caso, sin embargo, da la sensación de que podría concretarse sin demasiados obstáculos. Al menos en circunstancias normales.

De esta forma, de concretarse la continuidad de Lishchuk el Valencia Basket mantendría hasta a ocho jugadores del pasado curso -Van Rossom, Pau Ribas, Rafa Martínez, Romain Sato, Vladimir Lucic, Pablo Aguilar, Bojan Dubljevic y Serhiy Lishchuk-. Un bloque completado por el momento, y a falta de la incorporación de otro exterior, por los fichajes de Guillem Vives (FIATC Joventut), Luke Harangody (Unics Kazan) y Kresimir Loncar (BC Khimki). De esta forma, Velimir Perasovic tendría mucho avanzado de cara a la pretemporada ya que sólo perdería a tres hombres respecto a la campaña anterior con las salidas obligadas de Justin Doellman (FC Barcelona) y Oliver Lafayette (Olympiacos), y la decisión del club de no renovar el contrato de Juanjo Triguero. Incluso la capitanía del equipo no se vería afectada, con Rafa Martínez y Serhiy Lishchuk al frente de un vestuario en el que la química ha sido determinante este último año.