Plantilla cerrada. Con el fichaje de Dwight Buycks el Valencia Basket ha colocado la última pieza en el nuevo proyecto. Y lo ha hecho probablemente con la guinda para la afición taronja e incluso para Velimir Perasovic ya que se trata de un jugador espectacular y que además cumple con el perfil que buscaba el club. Es decir, un base que puede jugar también en la posición de escolta y que, además de leer bien el juego, es capaz de cambiar el ritmo de los partidos con asombrosa facilidad.

En este sentido, este jugador formado en la universidad de Marquette destaca por su velocidad, lo que le hace prácticamente imparable en el uno contra uno y especialmente útil en el juego en transición y a la hora de romper las defensas rivales con sus penetraciones. Además, una vez ganada la ventaja a sus defensores, es capaz de nutrir a sus compañeros de balones en la pintura o bien abrir el cambo doblando pelotas al perímetro.

Es muy anotador pero aún así no es un gran lanzador desde el 6,75, donde todavía tiene un importante margen de mejora.

Con 1,91 metros y 25 años, Buycks se ha comprometido con los de La Fonteta por una temporada renunciando a otras opciones importantes en Europa como las del Olympiacos -donde jugará precisamente Oliver Lafayette-, Armani Jeans Milan o incluso el Maccabi Tel Aviv. El acuerdo con el base-escolta estadounidense, según ha podido confirmar SUPER por fuentes cercanas a la operación, es por una cantidad cercana a los 600.000 dólares.

Dwight Buyks se convertirá a partir del próximo 21 de agosto, fecha en la que se terminará de sellar su fichaje una vez supere la revisión médica, en el primer jugador que vestirá de taronja tras haber estudiado en Marquette, la universidad situada en Milwaukee, ciudad natal del base-escolta -nunca antes un jugador del Valencia Basket había nacido o estudiado en todo el estado de Wisconsin-.

Esta será su tercera experiencia en Europa, donde aterrizó en 2012 en Oostende para ayudar al ex equipo de Sam Van Rossom a llevarse el título de liga de la temporada 2011/12. La temporada siguiente firmó por el BCM Gravelines de Dunkerke, con el que se convirtió en el segundo máximo anotador de la liga francesa -firmó una media de 18,2 puntos, 2,9 asistencias y 14,9 de valoración en 31,6 minutos- que ayudaron a Gravelines a ser el mejor equipo de la fase regular. Además, fue escogido mejor jugador extranjero de la competición.

De ahí logró dar el salto a la NBA -a pesar de no ser elegido en el draft de 20011- gracias a su buen papel en las ligas de verano de 2013 en las filas de los Toronto Raptors, que le sirvió para lograr un contrato garantizado con la franquicia canadiense. Un contrato en el que ha alternado a los Raptors con el equipo vinculado en la liga de desarrollo, los Basketfield Jam. La pasada semana volvió a protagonizar otra gran actuación en Las Vegas con los Raptors, promediando casi 20 puntos en los tres partidos que disputó. Pese a ello, Toronto no renovó su contrato.