El Valencia Basket, pese a su buen arranque ante el Real Madrid, fue de más a menos en un partido que sólo dominó en el primer cuarto y se quedó sin la oportunidad de luchar por el primer título de la temporada. Los taronja cayeron merecidamente ante un rival menos rodado pero que supo leer mejor el encuentro conforme éste iba avanzando y al que no le tembló el pulso en los instantes finales. Justo donde se decantó definitivamente la balanza.

Y eso que al inicio se vio un Valencia Basket mucho más fluido y cómodo sobre la pista. Intenso en defensa y con una buena circulación de balón ofensiva, únicamente Rudy Fernández en el Real Madrid parecía capaz de aguantar el tipo para los 'blancos' (6-13min. 4). Los seis puntos del alero mallorquín, más producto de su talento individual que del juego colectivo, sólo evidenciaron la superioridad de un Valencia Basket que asfixiaba las líneas de pase de su rival para lanzarse al contraataque a la mínima ocasión. Pero por si eso no funcionaba, ahí estaban hombrs como Aguilar o Van Rossom para abrir la defensa desde el 6,75 o meter balones dentro en busca siempre de algo positivo (13-21; min. 7).

Pablo Laso se vio ahí obligado a parar el partido por primera vez para corregir a un equipo completamente descolocado en la pista. Mientras, Perasovic, continuaba con sus rotaciones, haciendo de la intensidad su principal aliado para dominar en el partido (16-24; min. 8). Fue en ese momento cuando llegó la primera oportunidad clara de abrir una brecha importante en el marcador, pero el Valencia Basket no fue capaz de aprovecharla. Con el Real Madrid completamente atascado varios ataques fallados -con segundas y terceras opciones gracias al rebote ofensivo-, incluidos dos tiros libres de Sato, permitieron a los 'blancos' resurgir casi de sus cenizas para ir poco a poco recortando diferencias (22-26; min. 11).

Algo en lo que fue muy importante la entrada en pista de Salj Mehri debido a las faltas de Bourousis. La productividad del pívot tunecino en la pintura, unida a la perdida de efectividad taronja en ataque, llevó al Real Madrid a meterse en el partido casi sin darse cuenta (31-31; min. 14). Perasovic decidió entonces dar entrada por primera vez a Guillem Vives con el objetivo de serenar un poco el juego ofensivo y cambiar la dinámica hacia la que se encaminaba el choque. Lo consiguió en un primer momento pero, tras la tercera falta personal de Kresimir Loncar que le llevó directamente al banquillo, no le quedó más remedio que llamar a capítulo a sus hombres tras un tiempo muerto (35-37; min. 18). No sirvió de mucho. El atasco en ataque, con referentes como Buycks o Sato incapaces de ver aro, desembocó al final a que el partido se fuera al descanso con tablas en el electrónico (43-43; min. 20).

Al margen de no anotar con la fluidez de los primeros compases, el Valencia Basket también había perdido gran parte de esa agresividad bajo su canasta que le estaba permitiendo correr. Ese es uno de los factores que Perasovic trató de recuperar tras el paso por los vestuarios, consciente de que por ahí pasaban gran parte de las opciones del Valencia Basket para estar en la final. Sin embargo, en la cancha sucedió exactamente lo contrario, con un Real Madrid mucho más fino e inspirado en cada faceta del juego. Una transformación reencarnada en la figura de Rudy Fernández, auténtica pesadilla para el conjunto taronja (56-49; min. 25).

Nuevamente Perasovic se vio obligado a parar el choque, otorgando a partir de entonces todos los galones en la dirección del equipo a Guillem Vives. La apuesta le salió a la perfección ya que guiados por el base catalán los de La Fonteta recuperaron el terreno perdido en apenas un par de minutos (56-56; min. 27). Aún así el juego valenciano, incapaz de aprovechar los seis minutos con los que estuvo el Real Madrid en 'bonus' en este cuarto, continuaba presentando demasiadas lagunas y errores ofensivos de cara al último acto (60-58; min. 30).

Errores que, en el tramo final, logró suplir mejorando notablemente su defensa. A partir de ahí es desde donde los valencianos intentaron crecer en ataque consiguiéndolo a duras penas ya que fue más el talento de jugadores como Sam Van Rossom el que, desde la línea de tres puntos, dio oxígeno al equipo cuando más lo necesitaba (62-66; min. 34). Pero la realidad no admitía lugar a la duda y, aunque Loncar acudió luego al rescate, el Valencia Basket fue perdiendo cada vez más terreno respecto a su rival. Un rival, de la mano de Rudy Fernández y, sobre todo, Sergi Llull desde el 6,75, decantó la balanza a falta de tres minutos para el final (78-74; min. 37). Felipe Reyes bajo el aro hizo el resto para acabar de hundir a un Valencia Basket carente de pegada y efectividad.

Estas son las estadísticas del partido.