Harangody y Ribas parecían querer apagar el infierno turco en los primeros instantes del partido ante el Galatasaray con dos triples prácticamente consecutivos, pero solo fue un espejismo porque a partir de ahí se sucedieron los errores en el tiro de los visitantes, hasta el punto de encadenar 13 triples fallados de manera consecutiva. Un lastre que supo aprovechar el Galatasaray en un primer cuarto que acabó 25-12 y en el que destacó especialmente Aldemir con 7 puntos.

El panorama apenas cambió en el segundo cuarto y la brecha siguió aumentando con el paso de los minutos hasta llegar a 22 puntos de diferencia (36-14). Ahí apareció Ribas para cortar la mala racha en el tiro con un triple lejano, pero los de Perasovic estaban desorientados y más aún cuando Aradori logró un 3+1 que puso el 42-17 en el marcador. Carlos Arroyo, Aldemir y Micov siguieron haciendo daño y una nueva canasta de Buycks y un triple de Sato solo pudieron acortar ligeramente la diferencia hasta el 47-24 final antea del descanso. Con 23 puntos abajo, solo una remontada milagrosa podría evitar la segunda derrota en la Euroliga.

Y ahí volvió a salir el orgullo y el carácter de un equipo en el que por fin apareció Buycks para empujar a sus compañeros a tener fe en la remontada. El estadounidense, con sus penetraciones y acierto en el tiro, contagió también a Van Rossom y Rafa Martínez y entre todos redujeron la diferencia hasta un esperanzador 62-50 después de un último palmeo de Loncar.

Ya había motivos para creer. La remontada ya no parecía tan imposible y menos cuando Van Rossom rompió la barrera de los diez puntos a falta de cinco minutos para el final. (64-55). Aldemir respondió de nuevo y Harangody hizo lo propio instantes después. Con ocho puntos de diferencia, la afición local ya no lo veía tan claro. Pero apareció Arroyo para llevar de nuevo la diferencia a 11 puntos con un triple. Pero los taronja ya estaban enchufados y solo pensaban en la remontada, aún creíble tras otra nueva canasta de Harangody y un mate de Lishchuk que puso el 69-62 a falta de 3:27 para el final.

Pero los de Perasovic se quedaron con la miel en los labios por culpa de no cerrar los rebotes defensivos al final y de unos últimos errores en el tiro que llevaron al 71-64 final. Los taronja despertaron demasiado tarde para una remontada que nunca debió estar tan lejos tras los primeros 20 minutos.