Buenas sensaciones las que demostró el Valencia Basket desde el primer momento en Atenas pese a sus muchos problemas en el rebote. Desde el salto inicial el encuentro resultó equilibrado, con ambas defensas empleándose al máximo y con un interesante intercambio de canastas del que salió beneficiado el Olympiacos gracias a sus segundas opciones. Pese a ello, el conjunto taronja, de la mano de Lishchuk y Lucic se mantenía en partido y dejaba claro a los locales que para superarles iban a tener que jugar su mejor baloncesto (14-14; min. 7).

Ese fue el momento escogido por Velimir Perasovic para hacer debutar a Nemanja Nedovic, al que aunque transformó en canasta el primer balón que tocó, se le vio todavía muy perdido en la pista. El equipo lo acusaría en los minutos siguientes, justo cuando parecía que con Bojan Dubljevic en la cancha la producción ofensiva podría ir a más (23-21; min. 9). Pero sucedió todo lo contrario. El pívot montenegrino, con apenas cuatro minutos de juego, cometió su tercera personal y se veía obligado a retirarse al banquillo. El panorama pintaba muy mal para los de La Fonteta, a los que justo en ese momento les llegó el ya habitual apagón ofensivo. Algo que se tradujo en un parcial de 10-0 que empezó a hacer pensar lo peor teniendo en cuenta las últimas experiencias y la mejoría en su nivel que comenzaba a mostrar el Olympiacos gracias sobre todo a la conexión entre Spanoulis y Dunston, bien secundada por Darden (33-21; min. 12).

Perasovic volvió a echar mano de Guillem Vives, con el que el equipo estaba funcionando bien en los primeros minutos, para intentar frenar ese parcial y continuar con opciones en el Pabellón de la Paz y la Amistad. El base catalán y una zona puntual planteada por el técnico croata dieron energías renovadas al Valencia Basket, que sin embargo seguía pagando un alto peaje por su falta de control sobre el rebote defensivo (40-28; min. 16). Pero ahí estaban Pau Ribas y Sato para, con su irrupción en el partido y pese a ese importante handicap, reducir las distancias hasta los cinco puntos antes del descanso (45-40; min. 20).

El técnico local, Ioannis Sfairopoulos, que ya antes había recurrido a Spanoulis antes de tiempo ante las complicaciones que presentaba el choque, continuaba sin ver claro lo que estaba sucediendo y demandó mayor intensidad a sus hombres tras el paso por los vestuarios. Le sirvió de poco. El Valencia Basket, gracias a una muy buena defensa, dio la vuelta al partido en cinco minutos magistrales en los que sólo permitió anotar dos puntos a su rival (47-49; min. 25). Las faltas eran ya por entonces otro problema añadido en el cuadro valenciano, que sin embargo volvió a encontrar en Dubljevic al arma perfecta con la que multiplicar en ataque el buen trabajo del equipo bajo su aro con una zona que se le acabó atragantando al Olympiacos (54-60; min. 30).

Los taronja estaban jugando su mejor baloncesto de la temporada, recuperando incluso mucho terreno en la lucha por el rebote. El parcial de 9-20 en el tercer cuarto reflejaba perfectamente unos datos que, tras dos robos de balón de Nedovic dispararon las rentas hasta los diez puntos (54-64; min. 31). La victoria empezaba a acariciarse con la punta de los dedos pese a que todavía restaba mucho partido por delante. Sin embargo, los nervios se apoderaron de ambos conjuntos, fallando un tiro tras otro en cada canasta. Algo que permitió al Valencia Basket salir vivo de unos minutos muy espesos en los que anotar se convirtió en misión casi imposible (63-70; min. 36).

El atasco taronja, sin embargo, se prolongó todavía más en el tiempo y el Olympiacos ya no perdonó más. Dos triples consecutivos de Agravanis y Lafayette, más otra canasta de Hunter, volvieron a poner por delante a los locales (71-70; min. 37). El partido volvía a moverse en un puño con sólo tres minutos por delante que nuevamente volvieron a dar la espalda al Valencia Basket en un nuevo final ajustado. Una vez más, mención al margen merece el arbitraje sibilino de los colegiados, que a falta de dos segundos para el final no se atrevieron a pitar una clara falta sobre Nedovic.