La luz al final de túnel empieza a verse. Primero por la racha de dos victorias consecutivas que refuerzan la moral del equipo de cara a los compromisos vitales que se acercan, y por otro lado porque Romain Sato vuelve al equipo. El alero se lesionó en el partido ante Unicaja y tras ocho días de baja, hoy regresará a entrenar junto a sus compañeros. La enfermería del Valencia Basket se desbordó antes del partido ante el Morabanc Andorra cuando a las ya conocidas bajas de Van Rossom, Lishchuk y Sato se sumó la de Pau Ribas con una contractura en el gemelo interno de la pierna derecha y a las molestias de Rafa Martínez y Bojan Dubljevic, que aunque pudieron disputar el partido tuvieron que tomarse unos minutos para tratarse los dolores.

El primer rayo de esperanza aparece con la reincorporación de Sato al trabajo en grupo. Tras superar su esguince de tobillo, el alero centroafricano regresa hoy a los entrenamientos, si no hay cambios de última hora. Sato no participó el domingo ante el Andorra porque según Perasovic, aún no podía correr con normalidad. El entrenador estaba deseando que volviera uno de los jugadores más importantes del equipo. «La retirada de Sato nos ha hecho mucho daño, es un jugador muy importante que nos da puntos y la dureza que nos hace falta» aseguraba el técnico croata tras el partido ante Unicaja en el que se lesionó el centroafricano.

En Andorra, Perasovic tuvo que hacer frente a la baja de última hora de Pau Ribas que se sumaba a la ausencia de Sato, Van Rossom y Lishchuk. Con solo ocho jugadores para la rotación y encima con Rafa Martínez y Dubljevic sin poder rendir al cien por cien por molestias. Aún así, el equipo logró una importante victoria que le «refuerza la moral» como el mismo Perasovic reconocía tras el partido. El equipo entra en una dinámica positiva gracias a las dos victorias seguidas y la vuelta de Romain Sato, que será crucial de cara al partido de Euroliga de este viernes ante el Estrella Roja, en el que no pueden fallar si quieren seguir luchando por estar en el Top16 y el importante compromiso de Liga Endesa ante el Laboral Kutxa del domingo.

Noviembre negro

El último mes ha sido para olvidar. Para ser más concretos las últimas tres semanas, en las que el equipo ha sumado tres bajas de jugadores importantes. La primera fue la de Van Rossom que sufrió una rotura muscular en el glúteo mayor derecho que le tendrá al menos seis semanas sin competir. El segundo fue Sato, que en el partido ante Unicaja se hizo un esguince de tobillo y por último Lishchuk, tan solo una semana después, en el partido ante el Galatasaray, el interior sintió un pinchazo en la zona de los isquiotibiales de su pierna derecha que resultó ser una rotura que le mantendría cuatro semanas de baja. A las lesiones hay que añadir los malos resultados del equipo que está fuera de los puestos de Copa en Liga y jugándose la vida en Euroliga. En definitiva, un mes para olvidar.