Durante la pasada campaña el juego interior del Valencia Basket no rindió como se esperaba. Es más, en algunos tramos de la competición fue un auténtico lastre a la hora de competir con equipos de primer nivel. Las lesiones y el bajo rendimiento de algunos jugadores dejaron al equipo 'cojo' en la pintura, y eso es algo que repercutió de forma directa en los resultados y el juego dentro de la cancha.

Durante la campaña Chechu Mulero, director deportivo del conjunto taronja, fue tomando matrículas y ahora llegado el momento de la verdad, el de los exámenes y poner las notas finales, no le ha temblado el pulso cuando ha tenido que tomar las decisiones. Decisiones que han pasado por desintegrar casi al completo el juego interior de estos últimos meses y construir uno nuevo.

Así, a las desvinculaciones de la pasada semana de Pablo Aguilar y Kresimir Loncar, se unieron este lunes la de Serhiy Lishchuk , -avanzada por SUPER el pasado 14 de junio- y Luke Harangody. Es decir, cuatro de los cinco jugadores que completaban la pintura taronja no continuarán en el equipo bajo las órdenes de Pedro Martínez. Sólo Bojan Dubljevic, renovado el pasado mes de marzo hasta 2018, se ha salvado de la quema y seguirá como una de las principales referencias del equipo.

A partir de ahora, y con las salidas dentro de la zona ya finiquitadas, el Valencia Basket está obligado a acudir al mercado para fichar, al menos, dos ala-pívots y dos pívots. En la posición de '4' los pincipales candidatos para reforzar el equipo son Maxi Kleber, Luke Sikma, Jamel McLean o Alexander Vezenkov, mientras que para el '5' los favoritos son Augusto César Lima, Marko Todorovic y Maciej Lampe, además de Marcus Slaughter.