En el Valencia Basket nadie ha olvidado los play-off de la pasada temporada ante el Real Madrid y mucho menos la alineación indebida de Marcus Slaughter, que por cierto sigue pendiente de resolución en la justicia ordinaria después de que los organismos deportivos hicieran caso omiso del artículo 43 del Reglamento Disciplinario de la FEB (Federación Española de Baloncesto).

En la NBA, sin embargo, todo es más sencillo independientemente de quién sea el jugador o el club que haya cometido una infracción. Tal vez de ahí también su grandeza. El mejor ejemplo lo encontramos en la jornada de este miércoles cuando Portland Trail Blazers cometió 'un error administrativo' y colocó a CJ McCollum, la estrella del equipo junto a Damian Lillard, en la lista de jugadores inactivos para el partido.

En su lugar, la franquicia de Oregon inscribió para el partido a Luis Montero, el novato que aparece justo después en la lista de los Blazers por orden alfabético. Les suena algo esto a lo de Marcus Slaughter y la aparición de Luka Doncic en su lugar en el acta. Pues bien, pese a que los Trail Blazers se dieron cuenta antes de empezar el partido e intentaron ponerse en contacto con la liga para subsanar el error, la NBA se mostró contundente e impidió que McCollum disputara el encuentro.

Casi casi igual que lo sucedido en La Fonteta hace sólo unos meses, donde Slaughter sí jugó sin estar inscrito. Y es que pese a que el conjunto taronja firmó aquella acta bajo protesta y presentó el correspondiente recurso, el Juez Único de la ACB, Juan Ramón Montero, lo desestimó alegando que los hechos denunciados no eran constitutivos de infracción por alineación indebida.Juez Único de la ACB,Juan Ramón Montero Argumento más que discutible cuando es un hecho probado que cuando arrancó el choque en lugar de Slaughter el que estaba inscrito en el acta era Luka Doncic. Acta que había sido ya firmada por los dos entrenadores, incluido Pablo Laso, técnico del Real Madrid.

Pese que el artículo 43 del Reglamento Disciplinario de la FEB es muy claro a este respecto, el escándalo todavía aumentó su proporción cuando la ACB tomó partido emitiendo un comunicado en el que hablaba "un error humano en la redacción del acta por la mesa de anotación". Para colmo, luego tanto el Comité de Apelación como el TAD (Tribunal Administrativo del Deporte) también rechazaron los argumentos del equipo valenciano, lo que obligó al club a recurrir a la justicia ordinaria. Un recurso que, por cierto, continúa pendiente de resolución en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Madrid.