Ni siquiera las celebraciones milenarias programadas para justo antes del encuentro desviaron al Valencia Basket de su hoja de ruta en la presente temporada. Esa que pasa por continuar invicto y sumando victorias en su particular balance. Este domingo cayó la número veintiocho ante un CAI Zaragoza que presentó una enorme oposición mientras las fuerzas le aguantaron pero que acabó sucumbiendo en cuanto los locales le imprimieron una marcha más al choque.

El partido mil del Valencia Basket en la ACB cumplió con todas las expectativas, sobre todo en una primera parte en la que se sufrió mucho para contener al CAI y adueñarse del ritmo del juego. El intercambio de canastas inicial sería una constante hasta el descanso, con dos equipos entregados y jugando sus cartas de manera casi magistral. Sería el CAI, sin embargo, el que iría la mayor parte del tiempo por delante en el marcador ante un equipo taronja más errático de lo habitual (12-15; min. 6).

NI siquiera las rotaciones introducidas por Pedro Martínez, intentando subir un poco el nivel de intensidad defensiva, lograron cambiar la situación. El cuadro aragonés había estudiado perfectamente a su rival y sus lecturas en el choque era casi perfectas, aprovechando cada despiste o error local en defensa (21-21; min. 10).

De todos los estilos y distancias, el toma y daca en ambas canastas era perpetuo. El Valencia Basket, a remolque aunque en distancias muy cortas, encontró en Dubljevic el referente necesario sobre el que construir una nueva victoria. Sin embargo, el problema real estaba detrás. Ahí es donde había que apretar porque hombres como Linhart y Benzing desde fuera, y Jelovac, Kravtsov o Fotu por dentro estaban haciendo mucho daño (41-43; min. 18).

Los valencianos, que desde el tiro libre tampoco estaban demasiado finos, entendieron el problema y pusieron una marcha más en el tramo final del segundo cuarto. El resultado fue un parcial de 8-2 que mejoró sustancialmente las sensaciones justo antes de alcanzar el descanso (49-45; min. 20). De hecho, en un encuentro de enorme igualdad esa había sido la máxima renta hasta ese momento y no era cuestión de desaprovecharlo.

Por ahí debió precisamente ir la charla de Pedro Martínez en los vestuarios ya que, tras la reanudación, el equipo regresó a la cancha con una mentalidad defensiva mucho más agresiva. El CAI, sorprendido, se atascó en ataque y apenas anotó cuatro puntos en seis minutos. Algo que permitió a los taronja, pese a no firmar tan buenos porcentajes como en otras ocasiones, empezar a abrir un hueco claro en el electrónico (59-49; min. 26). Sería el principio del fin para el equipo de Andreu Casadevall, ahora mucho más incómodo en la cancha y con menos argumentos para contrarrestar el nuevo partido que le estaba planteando el Valencia Basket.

Un partido mucho más físico, de mayor desgaste y en el que los locales supieron aprovechar su oportunidad cuando se presentó. Aún así, el CAI jamás se rindió , buscando siempre la manera de volver a meterse en el encuentro para llegar con opciones a los últimos compases (77-72; min. 38). Sin embargo, no supo castigar los errores ofensivos del Valencia Basket en ese final del último cuarto y acabó muriendo en la orilla.

Ficha técnica:

81 - Valencia Basket (21+28+20+12): Diot (8), Rafa Martínez (11), Lucic (5), Sikma (1), Hamilton (8) -cinco titular- Sato (-), Dubljevic (19), Vives (5), San Emeterio (12) y Shurna (12).

74 - CAI Zaragoza (21+24+16+13): Bellas (5), Sastre (6), Benzing (14), Fotu (10), Norel (4) -cinco titular- Linhart (13), Henry (2), Swing (4), Kravtsov (7) y Jelovac (9).

Árbitros: Perea, Peruga y Sánchez M. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 16 de la fase regular de la Liga ACB disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.500 espectadores. Para el Valencia Basket el de hoy fue su partido mil en la ACB y antes del inicio del choque se proyectó un vídeo con su trayectoria, el presidente de la Liga hizo entrega al del club de una placa conmemorativa y Rafa Martínez, su actual capitán, sopló junto a varios ex jugadores las velas de una tarta gigante con el escudo del club.

Además, el equipo valenciano no jugó con su habitual equipaje naranja sino con uno blanco y rojo muy similar al que llevaba en la temporada 1988-89, la de su debut en la competición.