No doy crédito al anuncio público de 'posible' impugnación realizado por el FC Barcelona del partido ante el Valencia Basket. Repito… al anuncio. No todo vale, y menos de esta manera. Entiendo que el FC Barcelona debe defender sus intereses, pero no a cualquier precio. Me explico.

Para empezar una cosa es impugnar y anunciarlo públicamente, y otra muy distinta anunciar que a lo mejor impugnas. No que vas impugnar, sino que puede ser que lo hagas... y lo aviso por si acaso. Aquí el orden de los factores si que altera el producto. Sobre todo porque suena a amenaza poco convincente. A chiste mal contado que, si tenía algo de gracia, la ha perdido por completo.

Vayamos a la jugada en cuestión. En las imágenes ofrecidas por televisión se intuye que Justin Doellman está pisando la línea del 6,75, pero es verdad que como ya dijo el domingo Xavi Pascual no se puede saber al cien por cien si es así. Ahí coincidimos. Ahora bien, lo mismo se puede decir de la falta personal posterior que en esa misma jugada le señalan a Luke Sikma y que nadie recuerda en el Palau.

Ahí no he visto a nadie alzar la voz y, sinceramente, es tan dudosa o más que el triple de Doellman. Entonces ¿qué debería hacer el Valencia Basket?. Si el Barça impugna por el triple de Doellman, que fue visionado y analizado en la cancha por los árbitros en el Instant Replay, ¿impugnan los taronja por la 'no' falta de Sikma?. Sin esa falta, recordemos, da igual que fuera triple o canasta de dos.

El Barça se equivoca, sobre todo porque rearbitrar los partidos bajo 'anuncios' que no llevan ningún sitio tiene mucho peligro. El primero el circo que se monta y que hace muy poco bien al baloncesto y a la Liga Endesa, y el segundo el de los argumentos. Impugnar por una alineación indebida demostrada como la del 'caso Slaughter' es una cosa, lo de Doellman en la última jugada…otra. Allá cada cual. Eso sí, ya les digo que esto no va a ir a ningún sitio.

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