Después de un primer tramo de la temporada excepcional en todos los sentidos, en el que llegó a acumular 28 victorias en partidos oficiales de forma consecutiva, el Valencia Basket afronta el ser o no ser en la Eurocup en el peor momento desde que Pedro Martínez se hizo cargo del equipo. Después de un primer tropiezo en casa ante el Limoges CSP sin mayor trascendencia y que para todos se tradujo en ‘accidente’ puntual, lo cierto es que tanto el juego como los resultados han experimentado un preocupante cambio de dinámica.

Cuatro partidos perdidos en los últimos seis encuentros han sido la consecuencia directa de esa emergente irregularidad en la pista. Algo que ha llevado al equipo a tener pie y medio fuera de la Eurocup después de encadenar tres derrotas consecutivas en el torneo continental. Balance que, con anterioridad, sólo había sucedido tres veces en las dieciséis campañas que los taronja habían disputado competiciones europeas. Eso sí, siempre se había dado en la Euroliga, donde se encuentran los equipos más potentes de Europa.

Por otra parte, y por primera vez desde que en el mes de agosto dio inicio la pretemporada, el equipo ha sumado dos derrotas seguidas con apenas cuatro días de margen entre una y otra. Una fue el pasado miércoles en la pista del PAOK Salónica en la Eurocup, y la otra el domingo en el Buesa Arena de Vitoria en la Liga Endesa. Este encuentro, por cierto, puso fin a la impecable racha del Valencia Basket en la competición doméstica, donde con 18 triunfos consecutivos tiene en su poder el segundo mejor arranque de la historia del torneo.

Números de vértigo que, sin embargo, se han visto empañados por esta última racha de resultados que podrían dejarle fuera de la Eurocup en la segunda fase. Algo que nunca había sucedido en la historia del club y que supondría un auténtico ‘mazazo’ para una entidad que tenía muchas ilusiones y esperanzas depositadas en este torneo. Pero, desgraciadamente, este ser o no ser en la Eurocup llega en el peor momento. Primero porque el saldo del equipo en los últimos encuentros está en negativo, y segundo porque no depende de sí mismo en esta última jornada del Last 32.

Esto último es, sin duda, el gran problema ya que no basta sólo con ganar este miércoles al EWE Baskets Oldenburg. Para poder acceder a octavos el Valencia Basket necesita que el PAOK gane en el Beaublanc al Limoges y eso, visto lo visto, es más que complicado.