El Valencia Basket cayó en su primera 'final' de la temporada ante el PAOK y ahora se complica mucho su acceso a los de octavos final de la Eurocup. De hecho, los taronja ya no dependen de sí mismos en una última jornada en la que deberán ganar al EWE Baskets Oldenburg en La Fonteta y esperar que el PAOK sorprenda a domicilio al Limoges. Carambola complicada pero ni mucho menos imposible.

Fue un mal partido de los de La Fonteta y ante un rival inferior, que además ni siquiera tuvo el apoyo de un pabellón prácticamente vacío. Pese a ello el Valencia Basket nunca se sintió cómodo. Y eso que en un inicio pareció adaptarse perfectamente al gélido ambiente y la poca presencia de público en las gradas. Liderados por Rafa Martínez, los de La Fonteta controlaban el ritmo del juego y hacían presagiar un encuentro relativamente cómodo (17-10; min. 7).

Pero nada más lejos de la realidad. El conjunto taronja sabía que se jugaba el ser o no ser en la Eurocup y, esa presión extra, acabó haciéndole mucho daño tras el buen arranque. Algo que dio alas a su rival en cuanto dejó de apretar en defensa. El PAOK, por su parte, resurgió desde atrás, una vez comenzó a 'morder' en las líneas de pase valencianas y a no dejarles hacer su juego. Además, se encontró con que de repente anotaba con mayor facilidad debido a la condescendencia visitante, circunstancia que dio por completo la vuelta al encuentro tras un parcial de 16-2 (26-19; min. 13).

Kakaroudis estaba destrozando a los taronja y a Pedro Martínez, desesperado en el banquillo, no le quedó otra que parar el partido en busca de soluciones. Sin embargo, aunque se paró la sangría y al ala-pívot heleno, estas no acabaron de llegar. El Valencia Basket seguía atacando sin precisión, abusando sin grandes porcentajes de los lanzamientos desde el 6,75 -5/14 (35%) antes del descanso- y así se hacía imposible recortar la desventaja. Sobre todo porque en defensa las dudas iban a más con el paso de los minutos. Los nervios y la tensión se vislumbraban en el equipo y eso, sin duda, era lo peor de cara a una segunda parte en el que se hacía necesario reaccionar cuanto antes (39-33; min. 20).

Tras el paso por los vestuarios quedó claro que la mejoría pasaba por aumentar la intensidad y la agresividad defensiva. Así lo entendió el Valencia Basket, que con mucho esfuerzo y pese a algunos errores en ataque, logró equilibrar de nuevo la balanza tras un triple de Dubljevic (48-48; min. 25). El PAOK ni se inmutó. Simplemente se limitó a aprovechar su oportunidad ante los regalos ofensivos del equipo taronja. Esa perdida puntual de concentración desembocó en un parcial de 8-0 (56-48; min. 27) que encendió todas las luces rojas en el banquillo valenciano.

Pedro Martínez solicitó un nuevo tiempo muerto, consciente de que pese a los cambios defensivos sus hombres no terminaban de cogerle el pulso al encuentro. Cada vez quedaba menos tiempo y la angustia iba en aumento ante las pérdidas y la sucesión de errores que se iban acumulando. Afortunadamente, un buen tramo final de cuarto junto a un triple in extremis de Shurna dejaron la diferencia en sólo tres puntos antes del último acto (58-55; min. 30).

Aunque en estrechos margenes, el guión no cambió en los minutos posteriores. Y no sería porque el Valencia Basket no lo intentase una y otra vez. Sin embargo, los porcentajes con tiros librados -incluso en los tiros libres- no terminaban de acompañar y ahí estaba ahora el gran problema (64-58; min. 33). Pero ese gran trabajo atrás fue el que, al final dio sus frutos y permitió al Valencia Basket volver a igualar el partido (64-64; min. 35) e incluso luego perdonar varias veces la opción de ponerse por delante en el luminoso. Ahí estuvo la clave. Uno y otro equipo acusaron la responsabilidad de forma desmesurada, lo que desembocó en un continúo intercambio de errores del que el PAOK salió mejor parado tras un triple de Hatcher a falta de poco más de un minuto para el final (70-66).

Dos tiros libres de Vives y una buena defensa dieron la opción a Rafa Martínez, por dos veces, de poner al equipo por delante a falta de 22 segundos. El capitán falló y el final del choque se decidió desde el tiro libres con faltas en uno y otro lado de la pista. Pero ni siquiera ahí la fortuna acompañó en esta ocasión al Valencia Basket. El PAOK mantuvo la renta y, el triple final de Hamilton para forzar la prórroga. ni siquiera tocó aro. Fue un reflejo de lo que fue el encuentro para el Valencia Basket.