El Valencia Basket hizo todo lo que tenía que hacer para vencer este domingo al Real Madrid pero, el cambio de criterio arbitral tras el descanso y la falta de fortuna, rubricada con un triple de Sergio Llull sobre la bocina final, llevaron a los taronja a una inmerecida derrota ante el Real Madrid.

El Valencia Basket salió con las ideas muy claras, consciente de que debía plantear un partido físico y un ritmo alto para que los 'blancos' acusaran la resaca de la Copa del Rey. La semana de celebraciones y el duro partido de Euroliga del jueves en Alemania era evidente que debía pasarles factura a los de Pablo Laso a poco que los locales hicieran bien las cosas.

Esa era precisamente la idea del Valencia Basket, que salvo por la canasta inicial de Felipe Reyes dominó el partido y el marcador hasta el estratosférico triple de Llull sobre la bocina final. Pese a ello, y que las sensaciones en el Real Madrid no eran del todo buenas, su calidad estaba fuera de toda duda. Eso, precisamente, es lo que les mantuvo durante mucho tiempo en el partido. Sobre todo gracias al 'Chapu' Nocioni, que con un 5/5 en triples evitó que la desventaja al descanso fuera mucho mayor para sus intereses.

Y es que en ese tiempo, el Valencia Basket estuvo casi perfecto en ataque con una muy buena circulación de balón en busca siempre de la mejor opción. Un equilibrio traducido también en muy buenos porcentajes en triples, tiros de dos e incluso tiros libres. Lástima, eso sí, que algunos despistes defensivos permitieran a su rival anotar sin apenas desgastarse en un segundo cuarto con claro color taronja (54-44; min. 20).

Esa renta de diez puntos, sin embargo, no reflejaba lo que se estaba viendo en la pista, con un Valencia Basket muy superior. Algo que sí reflejó la valoración entre ambos conjuntos (71-39), desequilibrada en gran medida por el liderazgo de un Rafa Martínez soberbio a la hora de abrir brecha en la marcador.

Tras el paso por los vestuarios fue Bojan Dubljevic el que se echó el equipo a la espalda en ataque. El intercambio de golpes era constante aunque con los valencianos siempre en un punto más de ritmo y solidez que el equipo de Pablo Laso (67-54; min. 24). El Real Madrid funcionaba a rachas, más a base de talento individual que colectivo. Algo que, junto con el cambio de criterio arbitral en la segunda parte, le permitió sacar el petróleo suficiente como para mantenerse en partido en todo momento (70-65; min. 27).

Los 'blancos' optaron entonces por aumentar la presión llegando hasta las líneas de pase. El Valencia Basket debía cambiar el chip y mantener la calma para aguantar ese nuevo arreón de su rival. Algo que el equipo de Pedro Martínez casi bordó para marcharse al último cuarto nueve puntos arriba (79-70; min. 30).

De ahí al final todo se fue complicando. Sobre todo tras la desproporcionada entrada en escena de los árbitros con una antideportiva a Justin Hamilton que hizo estallar a La Fonteta. Una decisión que acabó con la paciencia de los aficionados y de un Valencia Basket que no daba crédito a la decisión. Afortunadamente, de esa jugada sólo salió un tiro libre anotado por Rivers y mucha rabia contenida en el equipo local, que ahora ya sabía que nadie les iba a regalar nada en el partido (81-76; min. 33).

Pero el Valencia Basket lo aguantó casi todo y supo sufrir para llegar a los últimos cuatro minutos con una ventaja más que esperanzadora (91-82; min. 36). A partir de ahí sucesión de faltas a favor del Real Madrid que le volvieron a meter en partido y gritos en la grada de "Manos arriba esto es un atraco" y Así, así, así gana el Madrid". La vara de medir en ambas canastas era muy diferente y eso permitió finalmente a los visitantes estrechar el cerco a falta de 1:08" del final (92-90).

La tensión era máxima y Sikma falló en el ataque taronja. También Llull en el triple lanzado a continuación aunque Rafa Martínez tocó luego el rebote antes de que se le escapara por la banda. Restaban 30 segundos pero Maciulis no encontró a ningún compañero a tiempo en el saque de banda y los valencianos recuperaron el balón. Tenían la victoria en la mano... otra vez. Pero Vives, con apenas cinco segundos transcurridos, perdió el balón tras una falta no señalada.

Llull asumía entonces la responsabilidad y, tras apurar el tiemmpo, se decidía a penetrar y anotar una bandeja a falta de cuatro segundos del final (92-92). Partido de infarto y Pedro Martínez que lo paraba para buscar una última canasta ganadora sin apenas tiempo. Diot anotaba con poco más de un segundo por jugarse, pero Llull, desde más medio campo, firmaba un triple inverosímil al estilo de Stephen Curry que daba el triunfo al Real Madrid por 94-95. Increíble pero cierto.