El Valencia Basket volvió anoche de Zaragoza con una victoria que puede valer su peso en oro en la clasificación final de la Liga Endesa y eso es lo que valora Pedro Martínez por encima de todo, pero el técnico taronja no pudo evitar referirse a los calamitosos últimos cinco minutos del partido, en los que el equipo estuvo a punto de tirar por la borda todo el trabajo hecho hasta entonces.

En la primera parte no hemos jugado al ritmo que nos interesa y en la segunda parte hemos estado mejor en defensa, después de que sus cuatros nos hicieran mucho daño en la primera parte. En la segunda hemos estado mejor salvo los últimos minutos en los que no hemos defendido nada. Teníamos una diferencia grande, hemos especulado un poco, el Zaragoza ha estado muy bien por no dar por perdido el partido y llegar a tener un triple para empatar. Pero hemos perdido la concentración y les hemos permitido volver al partido», señaló contrariado.

Eso sí, al margen del sufrimiento final para mantenerse por delante en el marcador a pesar de haber tenido una ventaja de 17 puntos durante el últim o cuarto, el técncio se mostró más preocupado por la lesión de Luke Sikma, ya que aunque en principio no parece que sea de excesiva gravedad, puede hacerle perderse al menos el próximo partido de Málaga, en el que el Valencia Basket se juega tanto la posibilidad de seguir peleando por acabar primero la Liga regular, como el hecho de no verse superado por el Real Madrid y perder cone llo el factor pista en una hipotéticas semifinales contra el Barcelona o el Madrid.

«Estamos descontentos ahora mismo por la lesión de Sikma, pero el objetivo de ganar el partido se ha cumplido. Nos gustaría haber tenido mejores sensacones en los últimos cinco minutos, pero el sábado hay otro partido, nos tenemos que recuperar y esperamos que lo de Sikma no sea importante. Ha intentado jugar, pero se ha encontrado peor y ha tenido que parar para evitar males mayores».

Y es que con el play-off a la vuelta de la esquina, el técnico no quería arriesgar lo más mínimo a perder a un jugador que ha sido clave durante toda la temporada.