La Fonteta acoge su segunda final particular con el objetivo único de que la temporada no se acabe hoy para el Valencia Basket y los taronja puedan forzar el quinto partido de las semifinales, que se jugaría el sábado en Madrid también a partir de las 21:00 horas.

El lleno está asegurado y más tras la espectacular victoria del pasado martes ante los de Laso, con una canasta casi sobre la bocina de Guillem Vives, el héroe del partido y el encargado de que la afición vuelva a creer en la posibilidad de llegar a la final a pesar de la dificultad de ganar tres partidos consecutivos al actual campeón.

Y más aún con la plaga de lesionados que se ha cebado con el Valencia Basket en las últimas semanas, ya que a la ausencia de Van Rossom se le han sumado la de Luke Sikma y en los últimos días las de Rafa Martínez y John Shurna, al margen de las molestias físicas que arrastra también Diot y que solo le permitieron jugar cinco partidos el martes ante el Madrid.

Pero nada de ello frena la ambición de la plantilla, reflejada mejor que nadie en el propio Vives. «Vamos a recuperarnos y llegaremos al jueves a darlo todo por los que no están», señaló tras el tercer partido de la semifinal. «Por John, que fue bastante grave y por estos increíbles aficionados que han estado creyendo hasta el final», señaló.

Vives añade que «estamos jodidos, con bajas, pero llegaremos bien, vamos a otra guerra, a otra batalla, aunque es verdad que lo de John fue muy feo y grave, un palo muy duro para el vestuario». Aún así, mira al futuro con optimismo. «Siempre hay algna baja pero es mala suerte. Hay que darle muchos ánimos, luchar por todos los lesionados y a ver si nos puede ayudar Antoine porque tendríamos más posibilidades».

De hecho, el propio Diot no sabe aún si podrá volver a saltar a la pista y todo apunta a que la decisión se tomará en los instantes previos al partido, como ocurrió el martes. Entonces fue él el que dio el paso al ofrecerse a jugar aún forzando, pero tras darse cuenta de que no podía continuar a los cinco minutos, deberá volver a valorar si se ve en condiciones de ayudar aunque sea de nuevo unos minutos solo y forzado por las urgencias del equipo.

Al margen de ello, muchas de las miradas de los aficionados volverán a estar de nuevo puestas en Guillem Vives, quien aún disfruta de su canastón del martes. «Esto es una pasión, es mi pasión y vivir cosas así es increíble, aunque espero vivir otras muchas más», aunque será difícil que se repitan las circunstancias de su última canasta de hace dos días. «Creía que había tiempo muerto pero me dijeron que no y que tirara para adelante, me encontré a Ayón, Justin casi me la quita de las manos, luego me encontré a Nocioni, finté no sé si desequilibrado o a una pierna y fue increíble, una adrenalina increíble. Fue mucha potra también, pero hay que tirar a canasta».

Pero al margen de Vives por su canasta final y su gran partido, hay motivos para creer visto el partidazo de todo el equipo en general y en especial de los tres aleros de la plantilla, ya que Sato y Lucic dieron un paso adelante cuando más hacía falta y se unieron a un regular San Emeterio que siempre está entre los mejores del partido. Precisamente Sato llegará hoy a los 172 partidos como taronja, por lo que superará a Oberto.