El pasado lunes empezó a rodar la pretemporada del nuevo Valencia Basket 2016/17. Un proyecto en el que se echará de menos a referentes de la pasada campaña como Justin Hamilton, ahora en los Brooklyn Nets de la NBA, o a otros jugadores como Vladimir Lucic, firmado por el Bayern Múnich de Toni Muedra, pero en el que se ha logrado retener a piezas muy importantes. Es el caso de Rafa Martínez, renovado hace algunas semanas, Bojan Dubljevic o Guillem Vives, al que el FC Barcelona intentó fichar casi hasta el último momento sin éxito.

Incluso Romain Sato, debido a las dudas con la rodilla de Van Rossom y tras rebajarse sustancialmente el salario, seguirá en una plantilla que tendrá trece fichas de salida. Algo a lo que no se estaba acostumbrado en La Fonteta pero que seguro vendrá muy bien al equipo a la hora de afrontar dos competiciones como la Liga Endesa y la Eurocup. Junto a ellos, habrá hasta cinco caras nuevas en el proyecto. Los nacionales Pierre Oriola y Joan Sastre, los norteamericanos Will Thomas y John Bryant, y el serbio de nacimiento aunque griego a todos los efectos Vladimir Jankovic. En definitiva, un bloque homogéneo, compacto, que destaca principalmente por contar con hombres de equipo que, en la mayoría de los casos, son capaces de desenvolverse en al menos dos posiciones dentro de la cancha.

Además, en la plantilla predomina un toque español que tampoco ha sido nada habitual en tiempos recientes. Y es que Pedro Martínez contará con cinco jugadores patrios en el equipo. Algo novedoso si tenemos en cuenta que el nuevo marco de contratación vigente solo exige cuatro fichas de formación -que ni siquiera hace falta que sean nacionales si han pasado por canteras de España durante tres temporadas-. De hecho, es tan poco habitual que solo dos equipos de la Liga Endesa cuentan con más número de jugadores nacidos en nuestro país: el Divina Seguros Joventut y el Rio Natura Monbús. Ninguno de ellos es candidato a pelear por el título. Sí lo es, por ejemplo, un Laboral Kutxa que no cuenta con ningún nacional en su plantilla.

El vestuario no hablaba tanto castellano desde la temporada 2006/07. En esa ocasión, hace justo una década, Ricard Casas empezó en verano con Víctor Luengo, Albert Oliver, Albert Miralles, Víctor Claver y Pedro Llompart en nómina, aunque este último tuvo una presencia testimonial en el equipo -no debutó hasta la jornada 12, cuando ya era Katsikaris el entrenador-. En esta ocasión se repite la historia, ya que aquella plantilla arrancó con 13 fichas. Eso sí, ese conjunto contaba con tres canteranos del club, mientras que la nueva dirección técnica ha apostado por adquirir el producto nacional procedente de otros lugares. Aparte del capitán Rafa Martínez, el Valencia Basket pagó cerca de 500.000 euros por llevarse a Vives y Sastre. Por su parte, San Emeterio y Oriola llegaron libres después de que sus equipos no pudieran retenerles por diferentes motivos.

Múltiples opciones

De todas formas, ese equilibrio en los puestos es, junto con la polivalencia del grupo, una de las grandes bazas con las que contará el técnico catalán la próxima temporada. Suya es la responsabilidad de hacerles jugar como un bloque compacto, con las mínimas fisuras, pero también tiene la garantía de contar con un roster compensado y con ´parches´ de ciertas garantías en momentos de necesidad para no tener que recurrir al mercado en cuanto surja el primer problema en la escuadra taronja.

No en vano, de los trece jugadores de la plantilla, prácticamente todos podrían alterar su posición natural „con más o menos soltura„ para ayudar al equipo en un momento dado. Se trata, pues, de una importante ventaja de cara a los contratiempos y lesiones que seguro se irán produciendo a lo largo de la campaña y que obligarán, seguro, a que más de un jugador tenga que mutar su posición natural por el bien del colectivo.

En este sentido, hay que admitir también que hay hombres con roles más específicos y a los cuales sería muy complicado cambiar de sitio. Es la situación de Guillem Vives, un director de juego nato, o John Bryant, al que pese a su buena mano le costaría jugar de ´4´ por su reducida movilidad. Tampoco Rafa Martínez, aunque puntualmente puede actuar de base, tiene fluidez en ese puesto ya que no lo desempeña desde sus tiempos como líder del Manresa.

Sin embargo, en el ´backcourt´ tanto Van Rossom como Diot pueden disputar minutos como bases o escoltas. Sastre y San Emeterio intercambiarán los puestos de escolta o alero sin problema y Jankovic añade potencia como un tres que actuará de cuatro en alguna situación especial. Por último, en el juego interior son Bojan Dubljevic, Will Thomas y Pierre Oriola los que pueden actuar en dos posiciones distintas a la perfección.