Roberto Íñiguez, exjugador y durante muchos años técnico de la cantera del Valencia Basket, vivió el pasado sábado en Rusia uno de los episodios más desagradables de su trayectoria como entrenador. El vitoriano, campeón de la Euroliga Femenina con el Ciudad Ros Casares en 2012 y actual preparador del Nadezhda Orenburg, disputaba un encuentro liguero en la pista del Spartak Noginsk.

Durante un momento del choque una de sus jugadoras americanas de raza negra se disponía a lanzar tiros libres. Entonces, un grupo de espectadores empezaron a hacer ruidos racistas imitando a un mono. Indignado, Íñiguez intentó hablar con ellos para pedirles que cejaran en sus acciones, pero en lugar de recibir apoyo del equipo arbitral le señalaron una técnica por dirigirse al público. En ese momento, y pese a lo delicado de la situación, el técnico trató de hablar con el colegiado y con el comisario de mesa para que tomaran medidas ante la gravedad de los hechos. Algo que se tradujo en una segunda técnica y su expulsión del encuentro.

«Primera vez que me echan de un partido por reclamar, protestar y proteger a una de mis jugadoras ante gritos racistas. Espero que sea la última», escribió poco después en su cuenta de Twitter el entrenador del Nadezhda, que también ha dirigido al Fenerbahçe o al Spar City Lift GironaFenerbahçeSpar City Lift Girona. Su equipo, por cierto, ganó el encuentro por un contundente 63-86, aunque eso no sirvió para olvidar lo sucedido en la pista de Vidnoje.