Aunque la planificación para la próxima temporada está supeditada a la competición continental que finalmente se acaba disputando y, por tanto, la mayoría de movimientos se producirán una vez se haya dilucidado si el equipo entra en la Euroliga o continúa un año más en la Eurocup, lo cierto es que ya hay algunos aspectos que tanto la dirección deportiva como el cuerpo técnico tienen claros.

Uno de ellos es el posible regreso a La Fonteta de Vladimir Jankovic, cedido esta campaña al Aris Salónica Aris Salónica y sobre el que el Valencia Basket tiene una opción este verano para renovar su contrato por una temporada más y repescarlo. Opción que, como ha podido confirmar SUPER, el club no tiene previsto ejercer pese a tratarse de un jugador que consideran podría ayudar al equipo.

El problema, sin embargo, es que no tiene sitio para el año que viene. En este sentido, el crecimiento experimentado por Alberto Abalde en el Divina Seguros Joventut le ha cerrado todas las puertas. El alero gallego, de 21 años, es una de las grandes apuestas del club taronja de cara al futuro. Tiene firmadas, al margen de esta en la Penya, otras tres temporadas más con los valencianos y la idea es tenerle ya en el equipo la próxima campaña. Sus números y su progresión evidencian que está preparado para dar el salto.

El otro obstáculo para Jankovic se llama Fernando San Emeterio. El club cuenta también con él para el año próximo y por este motivo ejercerá la opción que tiene para renovar su contrato por una temporada más. Por si fuera poco, y al igual que el año pasado, la continuidad de Romain Sato tampoco está descartada. Sobre todo si el equipo logra clasificarse para la Euroliga, circunstancia que obligaría a confeccionar una plantilla más amplia sin desviarse demasiado del presupuesto.

Por otra parte, tampoco es que el rendimiento de Vladimir Jankovic en Grecia haya supuesto un importante salto cualitativo . Su campaña, algo irregular debido a las lesiones, no ha terminado de convencer en el Valencia Basket, y más teniendo en cuenta los problemas de adaptación que acusó en sus primeros meses como taronja.