El Valencia Basket, tras recuperar el factor cancha el pasado martes con su trabajado triunfo en el Buesa Arena, tiene ahora la oportunidad de acercarse aún más a la final en este segundo asalto en la capital alavesa. Vitoria está bajo presión, el Baskonia sabe que ahora se juega casi todo a una carta y ese es un factor que el equipo taronja debe saber aprovechar.

Las dudas están en este momento en el lado vasco, donde cualquier mínima complicación durante el choque podría disparar la tensión y el nerviosismo. No en vano el conjunto de Sito Alonso tiene mucho que perder, mientras que el de Pedro Martínez mucho que ganar. Es la consecuencia directa de ese 0-1 en el primer encuentro de la serie de semifinales que tuvo a Fernando San Emeterio como gran protagonista. No en vano, en ese choque completó su mejor partido con la elástica taronja con 24 puntos, 7 rebotes, 6 faltas personales recibidas y 31 de valoración.

Curiosamente, lo hizo ante su exequipo, del que fue capitán y cuya camiseta defendió durante siete campañas. En su casa, en el lugar donde la afición le idolatra gracias también a su papel decisivo en el título de Liga de 2010. Pero ahora todo es diferente.

El alero cántabro, ya lo demostró en la eliminatoria ante el Barça, ha llegado en un gran momento de forma a este tramo final de temporada, pero él solo no va a poder sacar la serie adelante. Hay otros jugadores importantes que deben dar un paso adelante pues, de lo contrario, el importante triunfo del martes podría quedar en nada.

La plantilla lo sabe, el cuerpo técnico también, y esa es la mejor noticia para encarar con garantías el resto de la eliminatoria. Bien es cierto que el Valencia Basket nunca ha ganado dos veces de manera consecutiva en sus visitas a Vitoria, pero tampoco había ganado nunca en La Fonteta al Barça en un play-off ni le había logrado eliminar. Es lo que tienen las estadísticas, que se pueden romper, y más con ases en la manga como Slava Kravtsov o Mike Tobey, a los que Pedro Martínez no utilizó en el primer partido.

Son los dos hombres más grandes del equipo y podrían ser una solución a la superioridad física exhibida por los locales, al margen de la alternancia con la defensa zonal.