Apenas nadie le conocía cuando el Valencia Basket anunció su fichaje por cuatro temporadas el pasado 19 de junio, y a día de hoy se ha convertido en una de las sensaciones del baloncesto continental gracias a su destacada actuación individual en el Europeo Sub´20. Así ha sido el impacto de Tryggvi Hlinason. Tanto, que incluso la ESPN le ha dedicado un reportaje en el que le consideran uno de los jugadores jóvenes con mayor proyección para jugar en la NBA.

Dato, cuanto menos, muy curioso si tenemos en cuenta que hasta hace apenas cuatro años este pívot islandés, de 19 años y 2,15 metros, no sabía tan siquiera lo que era un balón de baloncesto. Desde ese momento, sin embargo, su progresión ha sido meteórica. Tanto, que en Creta fue incluido dentro del mejor quinto del torneo junto a los griegos Antonis Koniaris, Vasilis Charalampopoulos, el israelí Tamir Blatt y el francés Amine Noua. Ninguno de ellos, por contra, generó la expectación del jugador taronja. Sus condiciones físicas y unos promedios de 14,4 puntos, 12,8 rebotes, 2,0 asistencias y 3,0 tapones en los siete partidos disputados le convirtieron en la gran atracción del Europeo pese a la octava plaza en la que acabó Islandia.

En este sentido, fueron varios los ojeadores de las franquicias de la NBA que se desplazaron hasta Grecia para ver a este portento en acción. Un viaje que mereció la pena pues, en su último partido ante Alemania, se fue hasta los 23 puntos, 8 rebotes, 2 tapones y 24 de valoración. Números más que importantes pero cuya evolución habrá que ver con la selección absoluta en el próximo Eurobasket. Un test más que serio antes de que aterrice en el Valencia Basket para compaginar el trabajo en el EBA junto al que desarrollará con el primer equipo.

«Lleva muy poco tiempo jugando al baloncesto. No hay muchos jugadores de 2´15 y tenemos ahí una gran oportunidad de trabajar con él, de hacerle crecer y de ver esto hasta donde le lleva», aseguró a SUPER hace algunas semanas Chechu Mulero. Antes del Europeo Sub´20 el director deportivo taronja se mostraba convencido de que «entre su trabajo y nuestras aportaciones estoy seguro de que va a ser jugador de baloncesto. Hasta dónde es lo que tenemos que descubrir».

Unas expectativas que a buen seguro ahora han aumentado. Tanto es así que el Valencia Basket contempla incluso la posibilidad de cederlo antes de las fiestas navideñas a un equipo de LEB Oro. No obstante, esto es algo que aún está por ver y que dependerá de su evolución y prestaciones en las primeras semanas de trabajo en Valencia.

Por lo pronto en su país, de apenas 332.500 habitantes, ya consideran que están ante el futuro mejor jugador de su historia. Palabras mayores que un ex del Valencia Basket como Jon Stefansson corrobora para la ESPN. «Es un diamante en bruto. No hay un límite para él, su límite es el cielo», indicó Stefansson, una institución en Islandia y un referente para Hlinason. De hecho, su opinión fue clave para que el pívot viniese a Valencia.

«Si es grande como jugador, lo es más como persona. He estado con muchos jugadores talentosos pero en él me ha sorprendido su capacidad de aprendizaje. Tiene una buena base, es organizado y muy trabajador. Ha trabajado en la granja toda su vida y eso le ha curtido, le ha hecho más duro», explicó el ahora escolta del KR Reikiavik.

De la granja a 'estrella del Europeo sub'20

Tryggvi Hlinason se crió en una granja al norte de Islandia, a 400 metros de altitud. Cuando nieva pueden estar aislados durante más dos semanas, y la tienda de alimentos más cercana está a una hora de camino. Allí permaneció hasta 2013, cuando comenzó la secundaria en Akureyri, ciudad de 18.000 habitantes. Fue aquí donde tuvo su primer contacto con el baloncesto. Un par de meses más tarde ya estaba en la órbita de la selección.

En La Fonteta para ver al FC Barcelona

Llevaba ya un tiempo Chechu Mulero, director deportivo del Valencia Basket, siguiendo los pasos de Tryggvi Hlinason. Así hasta que se decidió a proponerle venir a Valencia. El fichaje estaba encaminado pero había que cerrarlo. Es por ello que invitaron al pívot y su familia a asistir a los ´playoffs´ ante el FC Barcelona para que vivieran el ambiente de La Fonteta y conocieran por dentro el club y las instalaciones. A partir de ese momento, ya todo fue más fácil. Tanto el jugador como su entorno se dieron cuenta de que era una buena decisión.