Un Valencia Basket a medio gas jugó con fuego ante el colista de la Liga Endesa y estuvo cerca de acabar quemándose (87-78). Afortunadamente, el equipo y La Fonteta reaccionaron a tiempo para evitar un susto mayor en los instantes finales. En este sentido, lo mejor del partido fue la victoria ante el San Pablo BurgosSan Pablo Burgos y el orgullo de los de Vidorreta para poner todo sobre la pista cuando realmente tocaba.

Le costó al Valencia Basket al inicio ante un rival teóricamente muy inferior. La intensidad y la concentración no eran las habituales, y eso lo aprovechó el San Pablo Burgos para 'engancharse' a un intercambio de canastas que le venía muy bien. Eso permitió al cuadro castellano, muy motivado y duro en defensa, mandar incluso en el electrónico en estos primeros compases (12-13; min. 6).

El Valencia Basket, con Greeen como único referente ofensivo -8 de los 12 puntos del equipo fueron suyos- no terminaba de despertar. Txus Vidorreta optó entonces por introducir las primeras rotaciones. De todas ellas, fue clave la entrada de Tibor Pleiss. El pívot alemán se erigió en auténtico dominador de la pintura, destrozando todo el planteamiento táctico del Burgos. Un parcial de 11-2 desde su entrada a pista sirvió para comenzar a decantar la balanza (23-15; min. 10).

Lejos de aprender la lección, la entrada al segundo cuarto de los locales dejó mucho que desear. El cuadro burgalés castigó con dos robos y sendos contraataques para volver a estrechar las diferencias (26-22; min. 14). Vidorreta, viendo el resultado que le había dado con anterioridad, volvió a mover el banquillo para recuperar frescura. Esa nueva rotación resultó letal para su rival, incapaz de igualar el fondo de armario de los valencianos. Y es que en cuanto los de La Fonteta subieron otra vez el listón, la renta se disparó de nuevo.

A la buena defensa se sumaron tres triples casi consecutivos de Rafa Martínez, Abalde y Green para sellar un parcial de 11-0 que empezaba a dejar el choque visto para sentencia (37-22; min. 16). El Burgos, lejos de venirse abajo, aguantó el tipo hasta el descanso aferrándose al partido en cuanto los taronja dejaban de apretar el acelerador (47-36; min. 20).

Eso es precisamente lo que no entendió el Valencia Basket, que tras el paso por los vestuarios no fue capaz de 'matar' el partido cuando lo tenía en su mano (52-39; min. 22). Fue entonces cuando el San Pablo Burgos vio la oportunidad, y la aprovechó. Desde la defensa los de Diego Epifanio remaron y remaron hasta secar por completo a los taronja. Las pérdidas se acumulaban, también los errores y las malas lecturas en el juego, abusando en exceso del lanzamiento exterior. El resultado fue un parcial de 0-15 que dio por completo la vuelta al choque (52-54; min. 27).

Vidorreta se vio obligado a pararlo al tiempo que La Fonteta, viendo a los suyos en verdaderos apuros, dio un paso adelante. El apoyo de la grada fue clave para que el equipo cambiara por fin su actitud, se pusiera el mono de trabajo y subiera líneas en defensa. La respuesta, en apenas tres minutos, fue lo suficientemente contundente como para encarar el último cuarto con mínimas garantías (65-58; min; 30).

Y nunca mejor dicho lo de 'mínimas' porque tocó pelear y sufrir hasta el final. Así lo dictaminó la inercia de un partido en el que el Valencia Basket jugó con fuego y casi se acaba quemando (75-72; min. 36). Afortunadamente, la cosa no pasó a mayores y el mayor potencial local acabó imponiéndose sobre la pista. Un encuentro, no obstante, del que hay que tomar nota e intentar corregir errores.