Su salida de Valencia no fue la mejor por varias razones, y lo ha reconocido. Sin embargo, lo que no se le puede negar al pívot catalán fue su entrega y rendimiento mientras defendió la elástica taronja. Algo que le revalorizó en el mercado y acabó provocando su marcha. De esta y otras muchas cuestiones habla con SUPER horas antes de su regreso a La Fonteta con el FC Barcelona para disputar la jornada 18 de la Euroliga.

¿Cómo está? ¿Cómo le van las cosas en el FC Barcelona?

La verdad es que estoy contento de estar aquí, de cumplir un sueño de cuando era pequeño. Es un club que siempre había seguido de una manera distinta y que siempre había apoyado y animado. Ahora vestir sus colores es un orgullo y una satisfacción. Estoy muy adaptado al club y a la ciudad, y en cuanto al camino del equipo creo que estamos en un buen momento pese a que hemos atravesado varias fases durante la temporada.

No si echa de menos Valencia, pero imagino que el de este martes será un partido especial para usted...

Especial por lo vivido el año pasado, por todo lo que conseguimos y dónde llegamos. También por el grupo de jugadores que éramos, un grupo muy bueno, una gran familia y lo demostramos llegando a tres finales y ganando la Liga EndesaLiga Endesa. Y también es especial por reencontrarme con la afición, esa afición tan grande y maravillosa que tiene Valencia, y que tanto me apoyó y me ayudó. Será un partido especial y bonito de vivir.

Por cierto, que estuvo a punto de regresar en la primera jornada liguera antes de que quedará anulado el primer calendario...

Estuve bromeando con Sastre y con Vives en la Selección sobre esto. Decíamos "imagínate si es el primer partido" y pensábamos que iba a tocar. Tocó y encima en La Fonteta. Fue un sorpresón. Pero bueno, luego con lo del Betis se anuló y el regreso va a ser primero en la Euroliga antes que en la Liga Endesa.

¿Mejor así, ahora que ha pasado más tiempo? ¿O le daba igual?

Evidentemente sé que cometí un error y lo he reconocido. Cometí un error en algunas declaraciones que hice que no estuvieron a la altura. No estuvieron bien y seguramente herí la sensibilidad de mucha gente, pero al final da igual haber vuelto antes que hacerlo ahora. Va a ser especial igualmente. Será un momento muy bonito el volver a la cancha donde fuimos campeones.

¿Y qué recibimiento espera?

No lo sé, la verdad. Me gustaría que fuera el mejor posible. Siempre intenté dar el máximo en Valencia el año que estuve y mi cien por cien. Pero la gente es libre de opinar. Sé que no hice las cosas bien por algunas declaraciones desafortunadas. Seguro que algunas personas se sentirían mal, heridas, y entendería que me pudieran silbar o recibirme mal. Me gustaría que fuera un buen recibimiento pero es algo que yo no puedo controlar.

Es usted el primer ´campeón de liga´ que regresa a La Fonteta. Este año lo harán también Pedro Martínez y Mike Tobey. ¡Vaya recuerdos!

Viví un año increíble, algo que nunca había vivido. El Valencia Basket me dio la oportunidad de jugar en un club grande, un club que está haciendo y quiere hacer las cosas muy bien. Poco a poco fuimos aspirando a todo, habían muchas expectativas y nos centramos en ir partido a partido. El nivel que desplegamos fue increíble y eso nos permitió jugar tres finales. Lástima de perder dos, y una tan trágica como la de la EurocupEurocup, pero al final todo trabajo tiene recompensa y ganamos la Liga. Aquel momento fue increíble.

Lo peor, cómo usted ya ha señalado, que su salida tal vez no estuvo a la altura de lo que fue su temporada y la del club...

Con el paso del tiempo lo ves todo mejor y con más tranquilidad. Mi salida no fue la mejor. Me hubiera gustado hacer y contar las cosas de otra manera. Si pudiera volver atrás haría las cosas de otra manera, seguro. Falté incluso al respeto a la gente que me apoyó y me ayudó, y eso es lo que peor llevo y me sabe fatal. Al final los aficionados no tienen ninguna culpa de lo que el club y yo pudiéramos tener, o lo que había encima de la mesa o no. Los aficionados se vieron envueltos en eso y yo no hice las declaraciones oportunas. Me gustaría poder volver atrás y hacerlo de otra manera, pero salió así y no se puede volver al pasado.

Además, es el único de los miembros del equipo que salió del club al que no se le hizo carta de despedida. El club nunca ha explicado las razones públicamente. ¿Usted los sabe?

La verdad es que no sé porque no se me hizo. Fue una cosa del club y en esto ni sé ni puedo opinar. Claro que me hubiera gustado que se me hiciera una carta de despedida, pero el club estaba en su derecho de no hacerla, de no hacer ningún comunicado. Tenía un año más de contrato pero decidí irme para aprovechar esta oportunidad. El club consideró que no se me debía hacer carta de despedida y ya está. Ni mucho menos guardó rencor a nadie, ni pienso mal de nadie. Pasó como pasó.

¿Pero le queda esa espinita?

A ver. Yo conté mi verdad, la que yo sé y la verdad de mis agentes. Y el club contó su verdad. Al final que cada uno interprete o que crea lo que quiera. Las cosas se hicieron de una manera, y como ya he dicho las hubiera hecho de otra forma. Pero las cosas salieron así y no guardo ningún rencor. Cuando vea a la gente del club en La Fonteta me alegraré mucho de verles, de saludarles y de estar con ellos.

¿Al menos se limaron algunas asperezas cuando el Valencia Basket le entregó el 'reloj de los campeones' en la visita a Barcelona durante la primera vuelta de la Euroliga?

Fue un detalle muy bonito por parte del club, en este caso de Paco Raga que me hizo entrega del reloj, y aprovecho para dale también las gracias a Juan y Fernando Roig que son los que hicieron posible este detalle. Lo agradezco mucho.

¿A quién le hace más ilusión saludar en Valencia que no pudiera ver en los dos partidos en Barcelona?

No vi a Paco Plaza, el utillero. Es una persona que me hace mucha ilusión ver porque me llevaba muy bien con él, a todos los compañeros, entrenadores, a Pedro Cotolí, Alfonso Castilla, el doctor...a todos un poco la verdad. Hay mucha gente de la que guardo un cariño especial y me gustaría compartir unos momentos con ellos.

¿Y más arriba? ¿Pasamos palabra?

No, no. No tengo ningún problema con nadie a pesar de que las cosas salieron como salieron. Con Paco Raga no hay ningún problema, y con Chechu Mulero, más allá de las diferencias que pude tener en su momento, tampoco. Supongo que es a la persona a la que te refieres pues es la única persona con la que pudo haber alguna diferencia, pero no hay ningún problema. Le voy a saludar tranquilamente si le veo. Al final esto es un negocio pero somos personas. El tiempo ha pasado y no hay que tener rencor a nadie. Yo no soy así y creo que ellos tampoco.

Por cierto, ¿tiene ya en el Palau Blaugrana la química que tenía con la grada de La Fonteta?

Es pronto. El Palau es complicado porque los resultados no son los esperados ni los que la gente quisiera. En Valencia cada año se va dando un pasito adelante y siempre hay 8.000 personas ahí dispuestas a animarte y ayudarte. Espero y deseo llegar a ese nivel de compenetración con la grada, porque me siento muy cómodo así. Pero lo vivido el año pasado fue espectacular y no fue casualidad que sacáramos adelante todas las eliminatorias de Eurocup y la Liga Endesa.

¿Profesionalmente es el Valencia Basket el club que más le ha marcado?

Seguramente sí por la trayectoria. Nunca había ganado nada, salvo un bronce con la sub´20, y fue mi mejor temporada. Además creo que llegué un momento de crecimiento. Venía de Sevilla y no me esperaba las oportunidades que tuve ni ese impacto en el equipo. Tanto el club como los entrenadores me dieron una confianza brutal y mis compañeros también me ayudaron mucho. Sólo tengo palabras de agradecimiento al Valencia Basket.

¿Nervioso ante este partido?

Sí, un poco. Además los dos equipos estamos necesitados de victorias en la Euroliga. Sobre todo por eso. Seguro que antes de empezar el partido tendré algún gusanillo en la barriga, pero al final en el partido piensas en el juego y ayudar a tu equipo. Nervioso sobre todo por lo que nos estamos jugando.

Por último, ¿cómo ve el partido?

Complicado. La Fonteta es una pista siempre muy difícil, donde los equipos sufren mucho para ganar y muchos caen. Es un fortín y los 8.000 que siempre hay allí ayudan a que sea así. Es un partido de alerta para los dos equipos y que, aunque el rival está mermado por las lesiones, no está desplegando su mejor juego y no tiene la suerte que merece, siempre es muy difícil en su cancha. Hay que tener mucho cuidado con ellos.