Así han informado a EFE fuentes próximas a la investigación después de que esta mañana dos responsables técnicos de la empresa Encofrados J. Alsina S.A. hayan declarado ante el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia, que investiga el accidente laboral de esas obras en el que fallecieron cuatro trabajadores en mayo de 2008.

Los dos técnicos de la compañía catalana, que han comparecido ante el juez como imputados, han explicado que el sistema de encofrado, patentado por una empresa alemana, es "fiable" y "está comprobado", y que lo ha servido Alsina "sin problemas" en 650 obras.

Han sostenido en sus declaraciones que si se vulneró el sistema y manual de montaje del encofrado mezclando dos procedimientos, tal y como podría haber sucedido, "jamás se consultó esa mezcla de técnicas" a su empresa.

Según se desprende de la investigación, la causa esencial del accidente sería una de las barras utilizadas en el sistema de encofrado, que no tenía la resistencia adecuada, que estaría "por debajo del mínimo exigible", según las mismas fuentes.

El accidente investigado tuvo lugar el 26 de mayo de 2008, cuando se desplomó parte del encofrado de uno de los pilares del nuevo estadio del Valencia CF en construcción, durante el montaje de unos andamios interiores, y la estructura metálica arrastró a los obreros que se encontraban sobre ella.

En el siniestro fallecieron cuatro trabajadores, dos en el lugar del siniestro -un obrero de origen ecuatoriano y otro boliviano que se encontraban en lo alto de la torre y que cayeron desde una altura de 12 metros- y otros dos en el hospital -dos empleados de nacionalidad española sobre los que cayó la estructura-.

Las obras, desarrolladas por una Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por el Grupo Bertolín y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), comenzaron el mes de agosto de 2007 y se reanudaron el 30 de septiembre de 2008, tras la investigación judicial.

La UTE, que construye el recinto deportivo sobre un solar de 90.000 metros cuadrados en la avenida Cortes Valencianas de Valencia, ha sostenido desde el principio que la obra cuenta con "todas las medidas de seguridad exigidas".

Por su parte, la Fiscalía de Valencia y la Inspección de Trabajo apuntan como probable causa del accidente a un fallo técnico, en concreto a la rotura de un "tornillo de grandes dimensiones" -o "bulón"- utilizado para sustentar la estructura.

El informe pericial sobre el siniestro elaborado por Inspección de Trabajo sostiene que hubo "una mezcla de procedimientos de trabajo", en concreto una "combinación de piezas de dos sistemas de anclaje".

Así, en el cono donde se debía haber introducido un tornillo se puso una barra que, además de estar galvanizada -un proceso que reduce la resistencia de la pieza- se había cortado previamente para poder encajarla y se había golpeado para meterla en el hueco.

El fiscal ha imputado a las nueve personas que, a su juicio, "pudieron participar" en la desviación del montaje teóricamente previsto de la Consola Trepante 240 de la mercantil Encofrados Alsina S.A., de tal forma que desatendieron las instrucciones del manual, por lo que se produjo una colocación incorrecta del sistema de fijación.

Como imputados figuran el jefe de obra de la UTE encargada de las obras, su responsable adjunto, cuatro trabajadores de Encofrados Alsina S.A., dos de Viconstruc Encofrados SL y el consejero delegado de la mercantil Rosmil Industrial S.A.