El Valencia CF se puso las pilas en la ronda previa de la European League tras su decepcionante paso por el Ramón de Carranza y dejó prácticamente sellado su pase hacia la renovada competición europea. O por los momentos de juego brillante de los blanquinegros o por la baja intensidad de los locales, los de Unai Emery no encontraron oposición en un encuentro que pudo tener un marcador mucho más holgado que el 0-3 que lucía el electrónico al final del partido.

El equipo dispuso de tiempo para todo: para monopolizar el balón y esconderlo, contemporizar con el marcador a favor, darle más crédito en la medular a Banega, ver al mejor Pablo en la derecha e, incluso, para conmemorar la nueva paternidad del Guaje Villa, que le dedicó el segundo tanto a su hija recién nacida Olaya. También se pudo ver la enorme competencia existente en el puesto de interior diestro, donde Joaquín acalló con el tercer gol las críticas que estaba recibiendo desde la zona técnica por parte de Unai Emery.

Marchena y Banega, quizá dos de los centrocampistas que más equilibrio aportan hoy por hoy a la medular del equipo, descargaron de faena desde el primer minuto a los cuatro de arriba que se dedicaron a combinar con rapidez, precisión y mucha movilidad. La muralla del Stabaek obligaba a acabar las jugadas lanzando desde la larga distancia: Mata, Silva, Banega, Villa... todos buscaban probar a Knudsen que no le quedaba otra que irse quitando de encima los cañonazos uno tras otro.

Visto el escaso éxito desde la lejanía se olía que el gol tendría que llegar desde dentro del área. Y así fue. Pablo Hernández, el jugador más inspirado del partido en ese momento, engancha una volea en el punto de penalti y el posterior rechace lo caza él mismo para batir a un Knudsen vendido.

Se abría la veda de los goles y los de Emery no lo iban a desaprovechar. Y quien si no mejor que David Villa para ampliar la renta de goles... El Guaje, tras ver como le invalidaban por fuera de juego un tanto a todas luces legal, se resarce a con un gol psicológico en el 45. Psicológico para los noruegos y para él mismo pues su emotiva celebración tenía un claro protagonista: Olaya, su hija recién nacida.

Quedaba ver en el segundo acto hasta donde podía llegar el Valencia CF con sus ofensivas. Sin embargo, el Stabaek no quería convertirse en convidado de piedra a la fiesta futbolística de los ché y plantearon algo más de guerra. Fue sólo un espejismo hasta que se impuso la calidad de jugadores como Mata, que entró dentro de la cocina para servirle el tercero a Villa, pero de nuevo vio como el juez de línea se entrometía en su labor anotadora pitando saque de puerta.

Los de Unai Emery afrontaron los últimos treinta minutos de enfrentamiento sin presión y se dedicaron a realizar largas jugadas en el campo del conjunto noruego donde tocaban el balón casi todos los jugadores del Valencia ante la permisividad de todo el Stabaek.

Pero el Valencia, que hacía tiempo que había bajado la intensidad de su juego, todavía tuvo tiempo de anotar un tercer gol en la recta final gracias a la definición en el uno contra uno de Joaquín, que marcó y recriminó a Emery la reprimenda que anteriormente este le había dirigido por su falta de concentración en una jugada previa.

- Ficha técnica:

0: Stabaek: Knudsen; Skjoenberg, Segerstrom, Rogne, Hedenstad; Palmason, Farnerud, Hauger, Kobayashi (Diskerud, m,69); Berglund (Aase, m.63) y Nannskog (Hoff, m.63).

3: Valencia: César; Miguel, Dealbert, Marchena, Alexis, Bruno Saltor; Pablo Hernández (Joaquín, m.71), Banega, Mata; Silva (Michel, m.83) y Villa (Zigic, m.76).

Goles: 0-1,m.29: Pablo Hernández. 0-2,m.35: Villa. 0-3, m.81: Joaquín.

Arbitro: Aleksandar Stavrev (Macedonia). Amonestó por parte del Valencia a Villa.

Incidencias: partido de ida de la cuarta ronda previa de la Liga Europa disputado en el estadio cubierto de Telenor Arena ante 9.600 espectadores. Terreno de juego de césped artificial.