Era poco menos de la una y media del mediodía y ya empezaron a llegar los consejeros del Valencia ayer al Nou Racó. Uno a uno fueron apareciendo poco a poco todos los integrantes de plantilla (alguno de los futbolistas optó por ir en taxi) a excepción lógica de Angulo, así como del consejo (Llorente llegó acompañado por Társilo Piles, presidente de la Fundació) y del cuerpo técnico hasta que Javier Gómez y el Secretario del Consejo, Tomás Trenor, fueron recibidos por Juan Armiñana en la puerta de restaurante justo antes de dar comienzo el ágape en uno de los salones interiores.

La comida, al margen de tener la carga simbólica de ser el punto de partida justo antes del inicio liguero, también aglutinaba un mensaje directo y claro del presidente, Manuel Llorente, a la plantilla: «La exigencia en todos los estamentos debe ser la máxima y entre todos tenemos la responsabilidad de devolver el apoyo que nos han demostrado los aficionados en la ampliación de capital». Esa es la idea que el mandatario valencianista tiene metida entre ceja y ceja pero Llorente también es consciente de que la mejor forma de devolver ese apoyo a la afición es cosechando resultados, motivo por el cual le otorgó especial importancia al hecho de empezar bien la temporada: «tenemos que ganar mañana -por hoy- y contra el Sevilla. Tenemos que intentar empezar tan bien como el año pasado...», aseveró. Llorente es consciente de que tras el primer escollo salvado en forma de ampliación de capital, ahora el aspecto deportivo vuelve a ser prioritario

Cuarenta comensales

Como en todo arranque de curso el clima fue cordial hasta el punto de que, tras la comida, se produjo una sobremesa a la que asistieron buena parte de los integrantes del consejo junto a algunos de los técnicos. Fue el pistoletazo de salida con cerca de 40 comensales que departieron amigablemente antes de afrontar una temporada que se perfila como clave para el futuro de la entidad puesto que si en los económico, tras la ampliación de capital, ha llegado el momento de asentar el resurgir y, si es posible, de concluir el nuevo estadio; en lo deportivo ya no valen excusas de ningún tipo y el Valencia CF está obligado (en gran parte por motivos económicos) a, como mínimo, acabar la temporada que acaba de comenzar en las cuatro primeras posiciones de la Liga para jugar Champions el próximo año y, si es posible, luchar por un título.

Ayer en el Nou Racó estaban comiendo tres campeones de Europa con la selección española como son Villa, Silva y Marchena. Esos tres nombres hablan por sí solos del potencial y de las obligaciones deportivas de un equipo que ayer sentó una de las primeras piedras de la temporada.

Llorente transmitió un mensaje a la plantilla y, desde hoy mismo aunque sea en un mero partido de trámite, la plantilla tiene la ocasión y la obligación de empezar a responder. El primer objetivo es la eliminación del Stabaek y el segundo afrontar el estreno liguero con la mayor garantía posible ante un rival como es el Sevilla que, para colmo, comparte los mismos objetivos que el Valencia. Y ya se sabe que lo que bien empieza...