Después de que Víctor V. Bravo insistiera en su intervención que tenían un fondo de inversión detrás capaz de aportar hasta 700 millones de euros en las arcas del Valencia siempre que pudieran gestionar el club, hablar sin tapujos de que tenía en su día cerradas seis cesiones de futbolistas o advertir que le pedirían al Banco de España que audite a las entidades que han permitido a la Fundación del VCF hacerse con la mayoría accionarial, el representante de Inversiones Dalport se sometió al primer interrogatorio con los periodistas desde que vino a Valencia.

—¿Por qué no han tratado el punto sobre la ampliación de capital, a la que finalmente no fueron?

—Los 46 millones estuvieron listos pero no habia una seguridad de que llegáramos a administrar el club. Había un plan que se habló en varias comidas y hay testigos de que nos iban a bloquear nuestros 46 millones de euros o los 92 en caso de que se completara con nuestra aportación.

—¿Estuvo Manuel Llorente en esos almuerzos?

—Sí, estaba.

—¿Por qué querían bloquear su inversión sin gestionar el club?

—Por eso no se colocaron, tengo pruebas para mostrar que el dinero estaba. No es sólo Dalport, venga quien venga no les van a dejar poner el dinero. Sí sé los intereses por el cual no quieren dar el gobierno del club a un ente que puede invertir dinero, porque quien pone el dinero quiere administrarlo. Amamos Valencia, creemos en la gente de acá, nos gusta el fútbol de acá y queríamos participar. No vinimos a voltear la casa de nadie ni vinimos a entrometernos de una forma prepotente. Quince días antes de comprar las acciones se hizo una consulta a Bancaja para ver si le molestaba que hiciéramos la compra de las acciones, y se nos dijo que no. Las compramos y les presenté la documentación para demostrar que había más de 500 millones de euros, no soy un multimillonario, sino un ejecutivo de alto rango. No vivo en el país de las maravillas, pero voy a certificarlo notarialmente, igual como también un banco de Valencia, después que elija Valencia si quiere que nos quedemos e invirtamos. Haré lo que tenga que hacer para sacar las manzanas podridas que no sirven.

—¿Van a impugnar la Junta?

—No la hemos impugnado, vamos a levantar unas pruebas que hacen falta en estos siete días. La reglamentación mercantil y penal dice que la Fundación no puede hacer ciertas cosas. ¿Lo pueden hacer? Hacer se puede hacer todo, pero habrá consecuencias. Juridicamente, seguimos siendo los socios mayoritarios. A veces en los países sudamericanos te sacan del contexto porque el poder político y el judicial están comprados, pero acá no están, pero elementalmente en esta estructura se han hecho apañado cosas para que esto sea así. Nosotros vamos a admitir estas reglas de juego. No somos unos fantasmas ni somos profetas en Valencia. Si todos los días cambia el tema, ¿quien va a poner un duro?

—¿Soriano ya no es su apoderado?

—Yo no elegí a Soriano, ni hice negocios con él ni con Soler ni con Silla anteriormente. Me trajeron a una negociación, la persona que tenía enfrente tenía el 50,3 por ciento y me hicieron una oferta para hacer una negociación que en su momento la vimos viable. Ni somos un muñeco ni somos títeres de nadie como los que hay aquí, nosotros somos una empresa que trabajamos en aplicaciones financieras en distintas partes y en distintas empresas porque es un holding. ¿Puede hacer la Fundación lo que ha hecho? (…) Amunt VCF.