A Miguel se le pegaron las sábanas y llegó tarde al entrenamiento del viernes, motivo suficiente para Emery para dejarlo fuera de la lista de convocados ante el Sporting. SUPER ha mantenido una conversación con el portugués en la que habla del pasado, del presente y del futuro, en ella se muestra crítico con la opinión que tiene la gente sobre él, porque considera que tiene el mismo comportamiento que sus compañeros. Él sólo pide igualdad, pero, más allá de eso, es consciente de que esta temporada es muy importante para el Valencia y se va a dejar la piel en el campo. Sobre sus salidas nocturnas, el portugués lo tiene claro, su técnico puede contactar con él cuando quiera, porque lo encontrará en su domicilio.

Se durmió el viernes y llegó tarde al entrenamiento.

—Sí, lo siento.

—¿Y qué pasó?

—Nada raro, estaba en casa.

—¿Qué le dijo Emery?

—No le pareció bien y le entendí, le respeto, me comentó que iba a tratar a todos por igual.

—Hasta ese momento había empezado bien la temporada, tanto a nivel colectivo como personal.

—Nos marcamos ese objetivo, tanto en Europa como en la liga para acabar entre los cuatro primeros, el empate contra el Sporting nos ha dolido, pero no volverá a ocurrir. A título personal estoy contento por participar y ayudar a mis compañeros, aunque lamento el error que cometí el viernes.

—¿Por qué decidió seguir en el Valencia?

—Hubo dos razones; las ofertas que hubo no eran ni del agrado del club ni del mío. Desde el momento en que el VCF me dijo que contaban conmigo, con tres años de contrato por delante, no me quedaba otra solución, además, es un equipo al que le tengo mucho cariño y la gente que hay ahora en la entidad es seria y trabajadora. Me hace ilusión formar parte de este proyecto.

—Acabó la temporada y daba la sensación de que no estaba a gusto ni quería volver, ¿cómo pasó el verano para cambiar de opinión?

—Bien, con mis hijas aprovechando el máximo tiempo. El objetivo era descansar sabiendo que después tenía que volver, disfrutar de ellas es lo más bonito que hay.

—¿Pero se marchó enfadado?

—No, enfadado no, tenía la conciencia tranquila. Sabía que existía la posibilidad de marcharme del Valencia, pero no fue posible y no estaba preocupado, lo único que quería era solucionarlo lo antes posible, por eso el mes de vacaciones estuve tranquilo y desconecté.

—¿Ha recapacitado por lo que ha hecho estos últimos años en los que le han criticado mucho por su forma de vida?

—Sí, ya estoy acostumbrado y no es fácil que me afecten las críticas, a veces con razón y otras sin ella. La vida de un jugador es así y con los años que llevo de profesional estoy acostumbrado.

—¿Va a cuidarse más que nunca para ser titular?

—Creo que me voy a cuidar como siempre, la gente exagera un poco cuando habla de Miguel, me acusan de festero y una cosa que digo es que la gente está equivocada. No hago ni más ni menos que mis compañeros, creo que la gente se acostumbró cuando el Valencia iba mal a culpar a Miguel, no voy de víctima, pero en los últimos dos años ha pasado eso. Cuando no vamos bien todos coinciden en hablar de Miguel y no me parece justo, porque la plantilla del VCF somos 26 jugadores y si no ganamos es por algo, no por culpa de uno. Hay que convivir con eso.

—Físicamente está muy bien, ¿ha tenido algo que ver Ayestarán?

—Con Pako se trabaja bien, pero también he hablado con gente de mi país para realizar un trabajo extra con la finalidad de reforzar la zona del pubis, los aductores, la espalda y la cadera. Es un trabajo específico que hago, por eso me encuentro bien.

—¿Esas molestias motivaron el bajón que tuvo la pasada temporada?

—Creo que fue el único motivo. La gente llegó a dudar de si estaba lesionado o no, no creo que haya motivos para dudar de mí. Desgraciadamente hay personas que piensan así, pero hay compañeros que se lesionan y nadie duda de ellos, con otros sí. Pero es parte del pasado y no quiero hablar mucho de eso.

—¿Su sinceridad le ha causado algún problema?

—Sí, cuando hablo digo las cosas que pienso aunque no todos vemos las cosas igual. A la gente le gusta hablar y por qué no va a hablar con Miguel, para aprovecharse de su sinceridad. Mi sinceridad me ha perjudicado algunas veces.

—Llegó a confesar que fumaba, ¿lo ha dejado?

—Sí, dije eso porque era así, pero es parte del pasado y sólo pienso en el presente, que va por otro camino.

—¿Se arrepiente de haber hecho algo?

—No.

—¿Ha llorado mucho este verano?

—Bueno, si lo he hecho ha sido por cuestiones personales.

—Una de las medidas que impuso Guardiola en el Barça era la de llamar cuando considerara oportuno a casa de un futbolista, ¿si Unai le llama le encontrará allí?

—Que no lo dude, me puede llamar a la hora que quiera.

—Ha empezado el curso como titular, descansó en Lille y Unai le dejó fuera de la convocatoria por dormirse el domingo.

—Comenzar como titular me da confianza, sólo prometo trabajo y si el entrenador considera que debo jugar lo haré con muchas ganas y me dejaré la piel pero si juega Bruno lo respetaré.

—Se considera ambicioso, ¿tener a un compañero que compita en las mismas condiciones que usted le obliga a dar algo más?

—No lo sé, hay ciertas cosas que se han dicho con las que no estoy de acuerdo; hay gente que piensa que estuve dos años sin competencia por el puesto y estaba relajado, pero no lo comparto. Creo que un jugador tiene momentos buenos y malos a lo largo de una temporada, pero esa es la imagen que queda. El año pasado estuve cinco meses muy bien, pero después el equipo no se clasificó para la Champions y como yo no jugaba por lesión… se habló de todo el lado negativo de Miguel.

—¿Centrado y bien físicamente se considera uno de los mejores laterales de Europa?

—Creo que sí.

—¿Qué compañeros le han apoyado en los momentos difíciles?

—Soy una persona muy agradecida, tengo la suerte de tener pocos pero buenos amigos. En los momentos complicados me llaman y hay compañeros que me han respaldado, siempre es bueno escuchar de gente del vestuario que te diga que haces falta aquí.

—Salvo el despiste del viernes, ¿vuelve a ser feliz?

—Cuando las cosas van bien a nivel profesional y personal te centras en el trabajo, actualmente me puedo centrar sólo en ello, pero sí que echo de menos a mis dos hijas. Hay que ser fuerte.

—Mata no jugó un buen partido frente al Sporting pero lleva un inicio de curso espectacular, ¿le ha sorprendido?

—Ahora no, pero al principio me sorprendió que un jugador que no contara para un técnico se saliera con el siguiente, y no paró de hacer goles…

—¿Qué le falta para ser titular con Portugal?

—Una oportunidad, estoy trabajando bien. La pasada temporada, cuando estaba en condiciones físicos, jugué bien en el Valencia pero Queiroz no me dio una oportunidad. Llega un momento en que te cansas de ser la segunda opción y teóricamente ya es así siempre, eso no es bueno. No sé si es lo mejor para mí seguir en la selección, hablaré con las personas que debo y tomaremos juntos una decisión. Pienso en dedicarme al cien por cien al Valencia, soy un jugador ambicioso y me gusta siempre jugar. Es un orgullo representar a mi país y voy con ilusión, pero al primer día te la quitan.

—¿Se está planteando renunciar a la selección?

—No digo renunciar, pero sí hablar con ellos porque no voy a gusto, quiero sentirme importante. Me quedan tres o cuatro años a un buen nivel y es un placer ir con la lusa, pero hay que aclarar las cosas.