Al mexicano Javier Hernández ya lo conocían de sobra en el Valencia antes del gol que anotó en la debacle francesa del jueves. Y no por su fichaje por el United o porque su abuelo, Tomás Balcázar, ya hubiese marcado ante los galos en el Mundial de 1954. Este delantero de 22 años y apenas 1,72 metros, conocido como ´Chicharito´, podría ser ahora, y junto a Roberto Soldado, delantero blanquinegro.

Esta historia sin final es de hace un par de meses, cuando el presidente del Valencia pidió al entonces director deportivo, Fernando Gómez, que comenzara la búsqueda de delanteros para suplir las posibles salidas de Villa y Zigic. Entonces salió a la palestra el nombre de un futbolista que un agente sin poderes sobre él había confirmado como muy interesante poco antes. «Con ese futbolista acertaréis de pleno. Es un excelente delantero y es una lástima que no lo represente yo...», aseguró en su día el citado intermediario, tras ser preguntado por un miembro de la secretaría técnica, en una reunión que mantuvo en el club para mater otros jugadores aztecas.

Tanta sinceridad animó definitivamente al Valencia a viajar a tierras aztecas. Hasta allí fue un técnico a hacerle un seguimiento exhaustivo; el objetivo era comprobar si tantos informes positivos sobre este futbolista se ajustaban a la realidad. ¡Y se ajustaban! El Valencia estuvo en el Candlestric Park de San Francisco, viendo en directo un partido en el que México goleó 5-0 a Bolivia con dos goles de Javier Hernández.

De él dicen que es un Fernando Torres en potencia: cabezazo poderoso y potente zancada. La única pega era su juventud, que jamás hubiese salido de la liga mexicana y apenas hubiese jugado en la selección absoluta. En pocas palabras, que el Valencia se la jugase con él como punta de referencia: «porque queremos ficharlo, ya veremos después si es para suplir a Villa o para suplir a Zigic, pero es muy buen futbolista» decía el entonces director deportivo.

El siguiente paso fue concertar una cita con el verdadero representante de Javier Hernández y saber a qué precio podría salir de Chivas; el club valencianista estaba dispuesto a pagar siete millones de euros. El problema es que el asunto comenzó a torcerse a finales de marzo —y por extensión la relación entre Llorente y Fernando Gómez—, cuando el director deportivo pidió calma al presidente, quien quería cerrar el fichaje de inmediato y llegó a ordenar la compra de dos billetes de avión para el país azteca.

La postura de Fernando es la que se acabó imponiendo en el club. Aapostaba por cerrar el acuerdo justo antes del Mundial, con México entrenando en Europa. Sin embargo, el 7 de abril, el Manchester United fue eliminado de la Champions y quiso calmar los ánimos con un fichaje. Fue el del ´Chicharito´, un día después, tras una operación relámpago, por 12 millones.