—¿Cómo vio el triunfo ante la Fiorentina?

—La primera parte, aunque llegaron con empate a cero al descanso, pienso que crearon sus ocasiones y llegaron bien por las bandas, a mí me gustó. En la segunda vinieron los goles, pero bien, comprobamos que arriba hay pólvora, porque balón que se centra se remata.

—Respecto a su hijo Juan, la única pena para culminar una gran noche fue el gol.

—En la primera ocasión que tuvo, pienso que no fue un tiro con mucho peligro, pero la altura del balón provocó que el portero se tuviera que estirar. Después pudo marcar de cabeza. La verdad es que le vi bien jugando entre líneas, jugando fácil y arriesgando en algunos momentos a pesar de que apenas lleva unos días de entrenamiento, al ser el último en llegar.

—Tampoco hay que llevarse las manos a la cabeza si actúa por detrás del punta, no es una posición extraña para él.

—Toda la vida ha jugado ahí y siempre cae a bandas, a la derecha o a la izquierda, es importante la movilidad para caer en cada jugada donde toca. Ese estilo de juego también es más difícil para las defensas, porque cambian los puntas de posición en un momento dado. Sin obviar que es un jugador que tiene llegada, como demuestran sus goles.

—¿Habló con Llorente?

—No, tampoco había una reunión prevista ni nada. Asistí al partido como he hecho hasta el momento, desde que Mata fichó por el Valencia siempre estuve en Mestalla como un aficionado más. No había nada, podríamos decir que vine como padre.

—¿No prefiere ir al palco?

—Nunca voy al palco, no me gusta, quiero ver el partido más relajado. Si vas tienes que saludar a unos y a otros, suelo ver el fútbol en asientos de tribuna y en contadas ocasiones, si viene algún Director Deportivo del rival que es amigo mío, pues voy al palco porque sueles quedar con él antes. Fuera de casa sí que asistí a varios partido al palco y tengo que decir que invitado por Manuel Llorente.

—¿Qué valoración hace del recibimiento que le brindó la afición a su hijo?

—La verdad es que es agradable que todo el campo coree su nombre, es una situación que ya la viví antes pero gusta. Cuando vas con él por la calle o a comer compruebas en primera persona que es muy querido, además, el miércoles fue especial, ya que el club organizó la fiesta para que Mata saliera al final, él último, como colofón.

—¿Mata está a gusto siendo el referente?

—Sí, se siente a gusto. Aquí lleva ahora poco tiempo porque fue el último en llegar a la pretemporada, pero sí es verdad que se siente muy querido y valorado por la afición. Entre sus compañeros también tiene grandes amigos y está a gusto.

—¿Le molestó no ser uno de los capitanes de la plantilla a pesar del rol que va a tener?

—Ni sí ni no, él siente que antes de él tendría que haber otros compañeros, como Pablo, que además es valenciano. Él lleva ya cuatro años en el Valencia, pero no sé qué criterios se han seguido para elegir a los capitanes.

—¿Espera novedades con su contrato antes de que se cierre el mercado de fichajes?

—Eso te lo marca el mercado, a última hora todo se precipita, pero el Valencia nos comunicó que no era un objetivo venderle esta temporada y que no me molestase en traer ofertas. Insistí en que me dieran referencias pero me dijo que en ese momento no tenía precio, porque no estaba contemplado y sí valorarle su rendimiento.

—¿Afecta esta situación al jugador?

—En la última rueda de prensa ya dijo que le cansaba hablar siempre de lo mismo después de tanto tiempo, pensamos que solucionarlo es fácil, pero le cansa y a mí más todavía, porque cada vez que vengo me preguntan por su situación contractual. En Mestalla me sentí un poco incómodo porque tuve la sensación de que están pendientes de mí, habían muchas cámaras enfocándome, y se crea una bola sobre algo que no existe. Asistí al partido como un aficionado más, estamos pendientes de la solución de un tema, pero no tenemos ningún conflicto ni con el club ni yo personalmente con Manolo. Se le está dando una bola al asunto… Sin querer se tendría que haber cortado y cuanto antes se haga mejor, pero depende del Valencia, son ellos los que deben dar el primer paso. No es un problema esta situación porque hay un contrato en vigor, no tenemos una propuesta económica encima de la mesa. Se hace pesado y a mi hijo no le gusta que todos los días le pregunten por lo mismo.

—¿Ha vivido usted como jugador una situación como la que vive ahora su hijo?

—Nunca, cuando llegas a un club en unas condiciones y tu rendimiento está por encima de los objetivos, lo normal es que se negocian y se amplien los contratos, pero el futbolista ni lo ruega ni lo pide. En otros tiempos sí que se entendía, por ejemplo cuando se realizó la ampliación de capital, pero ahora que el club ha realizado fichajes y traspasos no se entiende que no haya una propuesta. Pero bueno, los tiempos los marca el club, pero insisto, no hay ningún problema y se da a entender que lo hay. No hay problema.

—No cuadra el salario que tiene con el rol dentro del equipo.

—Desde hace tiempo, pero la afición y el club tuvieron el detalle en la presentación y se le da importancia que no se reflejó hasta la fecha. El tiempo acaba desgastando y a veces hay una serie de opiniones de la gente que no se corresponde con la realidad. No es cómoda esta situación, ni para mí ni para ellos.

—¿Tiene algún problema personal con el presidente Llorente?

—No hay nada personal, es más, diría que al contrario, mi relación con él es buena. Me ha invitado un montón de partidos a los palcos, cuando coincidimos en algún restaurante hablamos. Mi relación con él es muy buena, pero ahora no hay una relación profesional porque no hay una propuesta.