El Valencia iniciará la Liga de Campeones el próximo día 14 en el Ataturk Stadium de Bursa (Turquía) en un partido en el que no sonarán las vuvuzelas prohibidas recientemente por la UEFA y en el que el equipo no tendrá en su banquillo al técnico Unai Emnery, que se encuentra sancionado.

Mientras la prohibición de que las vuvuzelas se puedan introducir en los estadios europeos se decidió esta semana, la sanción de Emery es consecuencia de su expulsión por protestar un agarrón a Nicola Zigic en el área del Atlético de Madrid en la vuelta de los cuartos de final de la pasada Liga Europa.

Por lo que respecta a las trompetas que "adquirieron una gran notoriedad en el Mundial", éstas no podrán ser introducidas en los estadios en los que se disputen encuentros de competiciones europeas por decisión de la UEFA, que ha comunicado a sus 53 federaciones que la atmósfera de los partidos podría cambiar con su sonido.

Este organismo admite que aportaron "un toque de folckore" en Sudáfrica, pero considera que no serían apropiadas en Europa.

El Valencia regresa a la Liga de Campeones tras dos temporadas sin disputarla, en la que será su séptima participación en el primer torneo continental de clubes, lo que le obliga a seguir la detallada normativa que la UEFA da a conocer año tras año para que sea cumplida por los clubes en los partidos y en su entorno más próximo.

Muchos son los aspectos que debe cuidar el club para adaptarse a la reglamentación de la Liga de Campeones, aunque su aplicación es especialmente importante en el caso del club anfitrión de los partidos.

Esta circunstancia no se producirá hasta el día 29 en Mestalla ante el Manchester United, ya que el choque del día 14 tiene lugar en Turquía.

Alcanzar una determinada potencia en la iluminación del estadio, la obligación de parar los relojes en los minuto 45 y 90 o la restricción para ofrecer libremente en las pantallas gigantes cualquier imagen del partido en cualquier momento son aspectos a tener en cuenta cuando un club acoge un encuentro.

El club no puede olvidarse de que ondee la bandera de la UEFA, ni de que su delegación acuda al estadio, juegue en casa o a domicilio, al menos 75 minutos antes del inicio del partido, mientras que en los banquillos se pueden sentar hasta trece personas, los siete suplentes y seis representantes del club en funciones técnicas.

Los clubes deben presentar también 75 minutos antes del inicio del juego unos formularios con los nombres de los jugadores y de todos los que van a ocupar esos banquillos.

Por lo que respecta a los colores de los equipajes, en casos de confusión y salvo acuerdo, sería el equipo local el que cambiaría su indumentaria. Además los jugadores deben llevar un número entre el 1 y 99. Ningún número puede ser usado por más de un jugador y ningún jugador puede usar más de un número.

Un cinco por ciento de las localidades del estadio se debe facilitar para las necesidad del club que juega como visitante, cuyos seguidores deben tener la posibilidad de adquirir al menos doscientas localidades del precio superior, mientras que veinte de sus representantes pueden ocupar posiciones en la zona VIP.

Cada club puede realizar un ejercicio de reconocimiento del terreno de juego durante una hora en la víspera del partido. Además, sesenta minutos antes del inicio del encuentro, el terreno de juego ya no se puede regar, salvo acuerdo entre los clubes.

También corre por cuenta del equipo local impedir la introducción y venta de alcohol en el estadio, evitar que las bebidas no alcohólicas se sirvan en envases susceptibles de generar peligro al público, garantizar que las puertas no estén cerradas durante el encuentro, proteger el terreno de juego del acceso de gente y evitar cualquier incidencia de carácter racista.