"Con 15 años dejé Argentina, a mi familia, y me fui a jugar a Guadalupe, como en la novena división francesa, a veces pienso que debía estar loco porque lo pasé bastante mal, estaba solo y todas las noches me dormía llorando...". Así comienza la historia del Tino Costa, la del esfuerzo, la fe y la superación hasta cumplir el sueño de jugar en un grande de la liga española.