Alejandro Domínguez ha vuelto. El mediapunta reapareció ayer en el amistoso frente al CD Alcoyano mes y medio después de su anterior aparición, el 25 de julio en el que fue primer encuentro de pretemporada contra el equipo árabe del Al Hilal. El Chori salió en el primer once que dispuso Unai Emery para medirse al conjunto alicantino de Segunda División B y dejó muestras de que ya únicamente le queda coger el ritmo.

Y para empezar el ex de Rubin Kazan completó los 45 minutos del primer acto y lo hizo motivadísimo. Chori arrancó en la posición que más le gusta, la de mediapunta, y luciendo por primera vez el dorsal ´8´ heredado de Baraja. Domínguez puso en marcha el cuenta kilómetros, recorrió los metros necesarios para contactar con el balón. Tiene ganas de fútbol. Se asoció con Tino y también con los dos extremos, Joaquín y Pablo y con el punta, Paco Alcácer.

Su hambre por volver a ponerse la camiseta quedó claro en su comunicación con los compañeros y con sus protestas al colegiado, por las que vio la tarjeta amarilla. En el minuto 27 el argentino demostró la calidad que atesora con un perfecto servicio al espacio para la carrera de Alcácer, pero Dorronsoro le ganó el cara a cara al joven ´9´. Tampoco dudo el Chori en jugarse el físico—ese que tanto quebraderos de cabeza le ha dado últimamente—en un balón dividido con el local Devesa. El argentino se marchó dialogando con una sonrisa en la boca con el médico, firmando autógrafos y dejando un mensaje claro a Emery, se sube a la nave para destrozar al Racing.