¿Iba a caer el Valencia por un precipicio si vendía a Villa y Silva? En la vida de un club de fútbol los jugadores están condenados a pasar con el tiempo, pero la entidad perdura y lo importante es adecuarse a los tiempos. Emery sabía cuando Braulio le entregó la pauta con la plantilla que debía cambiar algunos matices en su estilo de juego, no es lo mismo tener a Villa y Silva que verles en otro equipo, así lo ha transmitido al grupo desde el primer día y ya se nota. No ha sido un cambio de un día para otro, se está necesitando tiempo, pero empieza a observarse un cambio respecto al curso anterior, y la palabra que lo resume es ´consistencia´. El cuerpo técnico piensa que «la pasada temporada habríamos perdido el partido contra el Hércules». No es fácil jugar la segunda mitad prácticamente de principio a fin con un futbolista menos que el rival, pero se observó una solidez y una solidaridad defensiva que va a ser la fuerza del ´nuevo´ Valencia.

Como si estuvieran tocados por una varita mágica, el grupo al completo ejecutó a la máxima expresión la cara más solidaridad defensiva, fundamental para aguantar las embestidas del Hércules. Los tres puntos sumados no se quedan en eso, esta victoria sirve para crecer en autoestima y a vencer desde el sufrimiento, aunque se tiene claro que no van a ser invencibles de principio a fin del curso. Sí que se ha mejorado en algunos aspectos, sobre todo en la ayuda de los futbolistas de ataque a la hora de defender. Ahí está el ejemplo de Soldado, que junto a Joaquín inició la jugada del 0-2 en campo propio. La pasada temporada se escaparon muchos puntos porque el Valencia se partía, la gente más ofensiva descuidaba el trabajo menos gratificante que hay dentro del campo, y atrás llegaban en oleadas. El trabajo de Pablo y Joaquín en defensa fue encomiable, como el resto. El Chori Domínguez salió a pelearse con todos arriba, acabó extasiado. A varios de los refuerzos no les ha parecido extraño ese sobreesfuerzo defensivo, ya que en sus anteriores clubes no tenían tanto potencial en ataque en comparación con el VCF actual, por lo que muerden nada más perder el balón. «Si lo hacemos aquí, con la calidad que hay arriba…», dice un miembro de la plantilla. Y así se consiguió que el equipo estuviese más compacto que la pasada temporada, cuando ya empezó a corregirse. Hace unos años Quique llegó a decir públicamente que la fuerza del Valencia estaba en la manada, mensaje que también ha transmitido Emery.

César, con una currículo lleno de experiencia, no duda en afirmar públicamente que este año «somos 25 soldados», porque la fuerza del equipo reside en el bloque. Es más, el grupo es consciente que si se adelantan en el marcador va a ser difícil que les superen, porque se sienten fuertes atrás. Todos atacan y todos defienden, esa es la fórmula que les convierte en un bloque duro de roer.