Alejandro Domínguez confía en que la afición del Valencia vea al ´Zar´ que fue en la liga rusa. Olvidados los problemas físicos, el argentino asegura que sólo queda aumentar su cuota de confianza «con minutos de juego». El ´8´ confiesa que en sus primeros meses la adaptación, por un cambio de rol, fue «difícil». La familia ha sido la que ha soportado sus malos momentos. El gol no le obsesiona, casi que prefiere darlos. Eso sí, como recompensa, el primero irá para los suyos y, especialmente, para el pequeño Bautista.

El Valencia CF es el único equipo invicto de España. Han conseguido tres victorias en tres partidos, ocho goles a favor y sólo uno en contra, el Chori vuelve a la escena… Esto va sobre ruedas, ¿no le parece?

—¡Vaya! Por el momento estamos muy bien. Sin embargo, no nos tenemos que quedar con lo hecho hasta ahora porque esto recién empieza, sólo son dos partidos de Liga y uno de Champions League, todavía queda mucho en todos los torneos. Lo que hicimos contra Málaga, Racing y Bursaspor nos sirve para aumentar la confianza, seguir en busca de un nivel futbolístico y tener un equilibrio, pero no podemos conformarnos ni relajarnos porque el camino es muy largo y hay que continuar con los dientes apretados este domingo en Alicante contra el Hércules.

—Semanas atrás su discurso sorprendía a más de uno porque hablaba de pelear la Liga con Barça y Madrid… Supongo que ahora se reafirmará en esta ambición.

—Por supuesto que sí, sigo e insisto en que podemos dar guerra a los favoritos. Los campeonatos se ganan jugando los partidos once contra once dentro de la cancha y por más que haya un favorito, luego hay que jugar y demostrarlo. En el partido Barcelona-Hércules se vio. Quizás en el Barça pensaron que sería un partido fácil, que lo ganarían y se les complicó tanto que lo perdieron. Esta liga va a estar más peleada que la pasada. Nosotros debemos luchar cada jornada por la victoria y disfrutarlas porque ganar un partido cuesta cada vez más en el fútbol. Yo tengo mucha fe en que las cosas este año nos saldrán bien. Eso sí, con sacrificio, porque si no es así, no conseguiremos nada.

—¿Duele en el vestuario, les repatea, que se hable tanto del Atlético de Madrid como alternativa al título y no del Valencia?

—No, ahí dentro estamos tranquilos y confiados en nuestra capacidad. Es mejor así, nosotros a la nuestra. No vamos a ganar más o menos partidos porque nos tengan en cuenta o no lo hagan. Eso no sirve para absolutamente nada, lo que vale es ganar partidos.

—Entonces, ¿este arranque no será flor de un día?

—No podemos relajarnos, pero estando tranquilos. Hoy no somos los mejores ni el día que perdamos seremos los peores. Estamos creciendo y sumando buenos resultados. Eso es positivo, pero no significa que no vayamos a perder ningún partido. Hay que ser cautos, caminar partido a partido y tener paciencia. Las cosas hasta hoy salieron bien y trataremos de seguir así, pero no somos imbatibles.

—Al principio le preguntaba si se podía pedir algo más en lo colectivo. En lo personal, ¿el Chori puede pedir más?

—Sí, claro que sí y en eso estoy. Me encuentro feliz por cómo me he visto en estos primeros partidos tras la lesión, pero tengo más ganas de fútbol y de hacerlo mejor.

—¿Cuando se verá al Chori del último año en Rusia?

—Espero que sea pronto.

—¿Qué le que queda? Con los 76 minutos ante el Bursaspor demostró que está preparado.

—Creo que no demasiado, físicamente ya me voy sintiendo bien, entrenando con muchas ganas y satisfecho con los tres partidos en los que he podido entrar en juego. Sobre todo, me faltan minutos de juego para agarrar mi mejor forma y más confianza porque la lesión me impidió hacer la pretemporada con el grupo. Ahora me siento bien porque puedo ayudar y sumar en los objetivos del VCF. Ante el Bursaspor no estuve brillante, pero corrí y trabajé bastante por el equipo.

—Ya está recuperado, pero en su recuperación se generó revuelo porque se trajo a una persona de su confianza desde Rusia.

­—Quiero precisar que, más que un médico, es un amigo especialista que sabe mucho de ese tema porque ya me ayudó en el pasado. Con los médicos del VCF la recuperación ya iba por muy buen camino. Se habló con el doctor y dentro no ha habido inconvenientes. Ha sido sólo una ayuda y lo positivo es poder estar lo mejor posible y sentirse útil e importante en el Valencia, que es para lo fiche en enero.

—La temporada pasada en Rusia anotó 18 goles, por ahora en el Valencia no ha podido hacer uno en partido oficial. ¿Un gol es, quizás, lo que le falta para coger la confianza definitiva?

­—Soy un jugador ofensivo y los goles siempre ayudan. En Rubin ese año jugué más cerca de portería, son situaciones distintas… Personalmente, estoy en contra de dar tanta relevancia a los goles. El fútbol no pasa sólo por el hecho de convertir, es un juego de conjunto, de equipo. Hay jugadores que tienen la suerte o están en el momento justo para marcar y eso no significa ser un héroe o hacer ganar a tu equipo, hay más cosas.

—Por lo que dice, usted es más de asistir que de convertir. En tres partidos lleva dos, ¿disfrutó mucho dándole el cuarto a Soldado en Turquía en Champions?

—Mi pensamiento es que los pases de gol son tan importantes como el anotar. El dar la asistencia el otro día a Roberto lo sentí como un gol propio. Confío en que conectemos más veces en beneficio, porque beneficia al equipo. Es importante hacer goles, pero darlos es lo mismo.

—De momento, ha regresado como mediapunta, donde más le gusta. Eso sí, Braulio y Emery han dicho públicamente que también lo ven como una alternativa arriba.

­—Me gusta jugar en la posición en la que estoy jugando ahora. Si tengo que jugar en otro lado, lo haré por el equipo, pero me siento muy cómodo en esa posición por detrás del delantero. En Rubin jugaba mucho más suelto, sin tantas obligaciones como hoy, obviamente hoy las tengo. Me cuesta, pero es un tema de acostumbrarme y retocar algunas cositas.

—Por cierto, como sé que no le obsesiona vuelvo a los goles. Menudo marcó Tino Costa. ¿Recuerda como fue su primero en Champions?

—Fue un lindo gol, el tanto soñado por muchos… Poder convertir en un torneo tan importante como la Champions. El mío fue un tiro libre por encima de la barrera contra el Dinamo de Kiev en un partido en Ucrania… A mí me gustó (risas).

—Costa se dirigió a las cámaras para dedicárselo a su familia por la televisión, ¿qué hará el Chori?

—Sé que se lo dedicaré a mi hijo Bautista que nació hace poco, será para él. Obviamente, a mi familia, mi mujer y a mi otro hijo que son una parte importante en mi vida y mi trabajo y quienes soportan siempre los malos momentos de uno, siempre pienso en ellos.

—¿Ha sufrido muchos malos momentos en Valencia?

—Las lesiones, otras cosas no las tuve. En esos momentos uno la pasa mal; lamentablemente, la gente no sabe y quizás puede llegar a pensar que se pasa bien estando lesionado. En mi caso no, uno siempre desea jugar, estar bien, ganarse lo que uno cobra y estar metido. Esto va más allá del dinero, uno lo hace porque ama el fútbol, porque lo siente, porque va tomando un sentimiento con el equipo en el que juega…Y el estar lesionado te hace estar en casa de mal humor o levantar la voz de más, no contestar bien y la familia eso lo debe soportar y no es fácil.

—¿En qué cambia jugar con Silva o Villa o ahora con Soldado y Aduriz?

—En nada. La única diferencia es que el año pasado había más individualidades y hoy por hoy se habla de lo que es un equipo y lo que se está demostrando es que somos un equipo, que cuando tiramos todos para el mismo lado las cosas salen más rápido y mejor. Cada jugador tiene su estilo. En el pasado pasaron por el VCF Silva y Villa, son grandes jugadores y lo hicieron bien, pero no están. Hoy Aduriz, Soldado y el resto de fichajes merecen un respeto y no hay que hacer diferencias, tienen cosas muy buenas y van a darlo todo.

—Y Domínguez, ¿se siente mejor en el vestuario esta temporada?

—Cuando llegué tuve que tener más paciencia, no conocía el sistema, la situación del vestuario y debí acostumbrarme. Fue difícil porque en Rusia conseguí cosas y llegar y ser uno más fue complicado para mí. Hoy por hoy me siento uno más. Estoy muy contento, feliz en el grupo, es algo distinto.

—Para acabar, hablemos del Hércules-Valencia, ¿le motivan estos partidos de máxima rivalidad?

—En Argentina me tocó jugar el River-Boca y es algo muy especial. En Rusia también en San Petersburgo y contra los equipos de Moscú. A pesar de ser un derbi hay que pensar en sumar de tres en tres, no queremos especular con que son recién ascendidos o que para muchos están por debajo del Valencia. Debemos ser humildes, respetar por igual y entrar al campo para demostrar nuestras ambiciones. El partido va a ser duro y la mentalidad tiene que ser fuerte.

—¿Puede ser mejor que ellos venga de ganar al Barça? Una especie de aviso a navegantes en la Liga…

—Me da igual, no importa si ganaron o perdieron con el que sea, porque sé que cuando el domingo entremos al campo vamos a tener que sacrificarnos, correr, jugar, definir… El Valencia debe tener personalidad para tomar la iniciativa del partido, estar muy concentrados y hacerlo como hasta ahora.