La plantilla blanquinegra apenas podrá celebrar la Nochevieja por culpa del encuentro liguero que tiene el día 2 en Mestalla frente al Espanyol. Unai Emery permitirá que sus pupilos pasen esa entrañable velada con familia y amigos, pero no será condescendiente a la hora de trabajar en Año Nuevo. Con la visita blanquiazul a 36 horas vista, el técnico ha programado una sesión matutina en la Ciudad Deportiva para el 1 de enero.

El de Hondarribia ha descartado la posibilidad de retrasar el entrenamiento de primeros de año a la tarde por varios motivos. El principal es que los miembros del equipo tengan más margen de maniobra la noche anterior y haya algún sobresalto desagradable.

Las recomendaciones del cuerpo técnico para las vacaciones de Navidad también son bastante estrictas. Todos los jugadores se llevaron a casa un plan de trabajo que les solicitaba que evitaran las comidas copiosas y el consumo excesivo del alcohol. Lo ideal, aunque es algo imposible de controlar, sería que los futbolistas apenas probarán los típicos dulces navideños y evitaran lo máximo posible hasta los brindis con champán.

Será la báscula la que determine qué grado de responsabilidad han tenido los integrantes de la plantilla estos días. Lo primero que harán los pupilos de Emery a su vuelta a Paterna, el próximo día 28 a las 18:00, será pesarse y comprobar si han ganado algún kilito durante la semana de descanso de la que están gozando desde el duelo copero ante el Villarreal.

La principal novedad al regreso de Navidad debería ser la mejoría física, más allá de los tres argentino, de gente como Albelda, Guaita, César, Maduro o Moyà. El paro actual se antoja oxígeno puro para el de La Pobla Llarga, quien lleva semanas con molestias en la rodilla, así como para el holandés y el de Picassent, quienes acabaron el martes con sobrecargas musculares. En cuanto a los otros dos porteros, están recibiendo tratamiento durante vacaciones y podrían volver en condiciones de afrontar el tramo final de la recuperación de sus respectivas lesiones.