El Valencia regresa al lugar del crimen. A pesar de que han pasado diez meses de la última visita al Vicente Calderón, la afición blanquinegra no olvida la injusta eliminación europea en Euroliga después de el árbitro del encuentro, Florian Meyer, se comiera un clamoroso penalti sobre Nikola Zigic.

El Valencia tiene la oportunidad en el Calderón de coser la camiseta rota del ex delantero serbio y de consumar una merecida venganza sobre los de Quique Sánchez Flores, que, a la postre, se coronarían como campeones de la Euroliga tras eliminar a un gris Liverpool y al Fulham en la final. Dos rivales, a los que los de Emery podrían haber echado el guante.

También privó a la afición blanquinegra de disfrutar en las semifinales del que habría sido el primer reencuentro del Valencia CF con su histórico y laureado ex técnico Rafa Benítez. El sábado toca ajustar cuentas en el Calderón.