Es lunes por la tarde y huele a gol en los aledaños de Mestalla. Quedan dos días para que se juegue la final de Copa, pero la atención, en este momento, recae únicamente sobre ellos. Uno es una de las grandes leyendas del valencianismo. El otro quiere y va camino de serlo pronto. Son Mario Alberto Kempes y Roberto Soldado, dos grandes delanteros, separados por tres décadas de fútbol y unidos para la ocasión por el club. Una oportunidad única para que ambos se conozcan y los demás lo disfrutemos.

La toma de contacto arranca con los pertinentes saludos. Después empiezan los halagos mutuos. El argentino ensalza las cualidades del actual '9' blanquinegro, de quien dice que «es uno de los mejores puntas del fútbol español y dará muchas alegrías al club a lo largo de los próximos años». El valenciano se siente «orgulloso» de conocer personalmente a aquel que fue «uno de los ídolos de juventud» de su padre. «Siempre me ha hablado maravillas de él», apunta el siete veces goleador en los últimos tres choques ligueros —Getafe, Villarreal y Almería—, quien nació cuando Mario daba ya sus últimos coletazos en la Liga BBVA, en el Hércules.

En una charla de Matador a matador, la portería contraria está siempre presente. Y más, como es el caso, con la visita del Real Madrid en puertas. Kempes confía plenamente que el Valencia de su «corazón» consiga la victoria, «con gol de Soldado, por supuesto». Consejos para que así le sobran. En las 13 ocasiones en las que se enfrentó a los merengues como jugador blanquinegro, logró ocho tantos —10 en 15 citas si se tiene en cuenta el emparejamiento copero con el Castilla en la 83/84—. Uno solo, por ahora, aparece en la nómina de Soldado, quien ya tiene ganas de ampliar la misma y olvidarse para siempre de su pasado en la cantera y el primer equipo madridista. «Si marco el sábado —por hoy— lo celebraré, que nadie lo dude. Aunque les estoy agradecido por todo lo que me dieron, no voy a estar toda la vida conteniéndome», avisa.

Roberto demostró hace solo tres semanas, en el Coliseum, que sobre un terreno de juego no se apiada de sus antiguos compañeros. Contra el Getafe hizo el primer póquer anotador desde que es profesional, inició el que considera su «mejor mes» y se puso a la altura del argentino, último futbolista del conjunto de Mestalla que había marcado cuatro tantos en Liga BBVA —en la temporada 77/78 y por partida doble— de una sola tacada. Las 24 tantos dianas oficiales de Mario en su primer año en el club también están ya a su alcance: lleva 20.

Soldado sabe que el fútbol da muchas vueltas, que «hace dos meses no valía para nada y ahora se habla de ir a la selección». Por eso tiene los dos pies en el presente. En el encuentro que enfrentará a los pupilos de Emery con el flamante campeón del torneo del KO. En ganar por su segunda vez en su carrera a su ex equipo. La primera queda ya muy lejos: fue el 29 de noviembre de 2008, por 3-1, jugando como local en el Getafe.

Kempes, que está en Valencia para cubrir la final de Copa para la ESPN estadounidense, en la que ejerce de comentarista, alaba el trabajo del club de Mestalla. Con un «sí» rotundo responde a la pregunta de si cree conveniente renovar a Emery. ¿Qué jugadores cree que tienen más recorrido? Pues aparte del '9', «Mata y Pablo andan por muy buen camino, y mi compatriota Banega, que se ha dado cuenta que caminando derecho encuentra el camino, va para figura».

El técnico blanquinegro se une al final de la conversación. Es el momento de desear un futuro reencuentro y suerte mutua. A los tres les viene a la memoria los dos goles con los que el argentino desequilibró la final de Copa del Rey del 79. Hoy, también con el Madrid como rival, quizá Soldado recoja el testigo y protagonice otro triunfo para el recuerdo. «Todo va a depender de nosotros. De nuestra intensidad y de nuestras ganas. Tenemos que hacer que sufran», advierte Roberto.